El camino hacia Nueva York había sido un completo agobio para Camila y Dinah. Viajar en autobús no era lo más confortable para un destino que se encontraba a unos cuantos kilómetros de su ciudad. Aun así, las chicas habían disfrutado del trayecto mientras recordaban anécdotas de su cantante favorita y cantaban sus canciones en un intento de competición, que ninguna iba a perder pues se sabían las letras desde la primera hasta la última.
El viaje había sido bastante largo, pero pernoctar en el autobús, de camino, les había ahorrado una noche más de hospedaje. Una vez llegadas a su destino, ambas chicas caminaron hasta llegar al lugar donde pasarían esa noche. De más está decir que aquello era un hostal cutre, en el que ni tan siquiera podrían acostarse sobre la cama sin pensar en los bichitos que conseguirían recorrer sus cuerpos a la hora de dormir. No sabían si iban a poder dormir pero, al menos, tendrían un lugar donde descansar.
-Camila, fíjate en esa manchita de sangre en mis sábanas... ¡Buajjj! -señaló la chica con cara de repugnancia.-
-Y mira las mías... ¡Están llenas de pelos! ¡Qué asco!
-Tía, creo que esto es un hostal putero...
-¿Qué dices Dj?
-Pues eso Mila, que parece un hostal de esos a los que vienen a acostarse las putas con los clientes.
-¿Estás de coña? No creo que pueda pegar ojo en toda la noche en este sitio.
-Bueno... al menos tendremos un sitio donde poder descansar y donde poder ir al baño.
-Me sorprende que esté en este estado. En la página web parecía mucho más nuevo y... limpio. Además, me ha costado bastante caro para ser un hostal "putero"-imitó la entonación de su amiga mientras decía la última palabra y la entrecomillaba con sus dedos-
-Voy a ver cómo está el baño...
Camila, por su parte, echaba un vistazo más a la estancia y se quedaba enmudecida con lo que estaba observando. En su lado de la cama, las losas del suelo estaban completamente despegadas de él y se encontraban apiladas en un rincón.
-¡Camila! ¡Ven aquí! ¡Tienes que ver esto! -gritaba Dinah desde el baño.-
-No Dj, tú tienes que ver esto...
-Ven tú primero -insistió la muchacha.-
Camila se acercó hacia la puerta del baño y se quedó mirando desde fuera pues dentro no podían caber dos. El baño era minúsculo y sólo estaba equipado con lo justo y necesario: váter, lavabo y ducha.
-¡Mira Camila! Puedo mear y ducharme a la vez -soltó Dinah divertida.-
Camila tuvo que reírse, ya no sólo por la posición en la que se encontraba la ducha, sino por la ocurrencia que había tenido en ese momento su amiga. Dinah simulaba estar sentada en el inodoro y miraba hacia arriba, donde se encontraba la salida de agua de la ducha.
-¡Qué fuerte! ¿Cómo puede estar eso ahí? Enserio, ¿quién se ducha encima de un váter?
-No lo sé tía, pero hazme una foto.
-¿Una foto?
-Sí, estas cosas hay que recordarlas.
-Ok, voy a por la cámara. Un segundo...
Camila buscó la cámara en su mochila y echó la foto a su amiga en la misma posición en la que se la había encontrado. Revisaban las diferentes fotos en la cámara y se reían.
-¿Enserio vas a dejarme subir esta foto a Facebook?
-Camila, si no subimos estas fotos a las redes sociales es como si no estuviésemos aquí. ¡Nadie se va a creer que me he duchado sobre un retrete!