1. La imprudencia

858 38 34
                                    

-No - Dijo suavemente negando - No me importa Franco, no pienso apartarme de… de su lado entiéndalo, estoy dispuesta a seguir con usted pase lo que pase y no voy a permitir que unos matones terminen separándolos - Prometió

Esa promesa lo mantenía con vida, ese recuerdo de su esposa era lo único que lograba mantenerlo cuerdo pese a tanto sufrimiento, había perdido la cuenta de los latigazos que le estaban dando y el próximo latigazo lo dejó inconsciente y nuevamente los volvió a ver antes de perderse en un sueño profundo como consecuencia de la tortura de ese día.

(...)

Sentía como la sangre le hervía al ver cómo su cuñado se tomaba la situación con una actitud algo desabrida, desde cuándo el que Rosario Montés estuviera cerca era algo normal, esa mujer se había ido más de 20 años atrás, faltaban 3 meses para que naciera Andrés cuando se enteraron que ella había vendido lo poco que le quedaba para luego irse y no volver a saber de ella hasta ahora.

-¿Qué tanto problema hay? Todo esto es una pataleta de mi cuñada y solo porque Franco y Rosario fueron amantes cuando eran jóvenes - Habló el ojiverde ignorando a su esposa que trataba de controlarlo por medio de señas - Mira Sara, el problema en si no es Rosario, porque ella no fue la que engañó a Franco para que él luego terminará… - Dijo  antes de detenerse, había cometido un error

-¿Terminará qué? - Preguntó Andrés

-Nada, estoy desvariando - Responde el mediano

-¿Dónde está mi papá? - Esta vez fue Gaby quien se puso de pie

-No lo sé, no sé porqué dije lo que dije - Trata de persuadir

-Ustedes dos saben algo y no nos quieren decir - Dijo Sara al borde de la desesperación - ¿Dónde está mi esposo?

Los dos hermanos cruzaron miradas buscando la manera de salir de ese problema pero el sonido de cómo preparaban la escopeta para disparar los sacó de sus pensamientos.

-¿Dónde está Franco? Yo no estoy jugando - Preguntó Gabriela empuñando el arma

-Franco nos hizo prometer que no le diríamos nada a su familia - Respondió Juan

Sara se acercó a su madre y le quitó la escopeta para esta vez ella apuntar a los pies de sus cuñados y disparar - ¿Dónde está Franco Reyes? Y espero esta vez me respondan como es debido o les tendré que recordar quién es Sarita pistolera - Amenazó

Ambos mandaron saliva y el mediano fue el primero - Está en una cárcel de Qatar - Soltó

No se supo cuánto tiempo pasó desde que todos escucharon eso, los tres sentían como el mundo se venía encima y el primero en correr fue Andrés y detrás de él salieron su madre y hermana.

Los gritos de Sara y Gaby no servían de nada para el castaño, quién solo corría sin rumbo, él solo corría con la intención de llegar hasta donde su padre como si eso pudiera lograr, por su mente solo pasaban los últimos cuatro años de ausencia, se arrepentía tanto de haberse enojado con él por haberlo creído el peor de los hombres al ver el sufrimiento de su madre y hermana, le dolía tanto saber que la verdad había estado tan cerca y se enojaba de solo recordar la cantidad de veces que le pidió a sus tíos que ayudarán a encontrar a su padre y ellos le habían mentido en la cara; un golpe con una piedra lo hizo caer sobre el césped.

-¡¡¡ANDRÉS!!! - Gritaron al unísono

-¿Por qué no nos dijo? ¿por qué lo ocultaron? ¿Mi papá no nos ama y por eso nos ocultó esto? - Preguntaba Andrés abrazando a su madre

Sarita aguanto las gotas cristalinas que amenazaban con salir, acarició el cabello de su hijo tratando de calmarlo - Mi amor, nunca dudes que tu papá nos ama, si se fue es porque no quería hacernos sufrir, tal vez pensó que lo íbamos a juzgar, pero nunca dudes que él es el mejor de los hombres - Asegura

𝐔𝐧 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐚𝐝𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora