Cuando la relación de Jungkook y Taehyung luego de cinco años se vuelve monótona y parece que va en línea recta, ambos deciden que es momento de tomar acciones antes de que sea tarde. Por ello Taehyung recurre a su mejor amigo, quien le da una pecul...
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—¿Lili estás bien? —la pregunta de Jisoo me hace volver al presente. Y de lo aturdida que estoy solo puedo asentir con la cabeza diciéndole que si.
—Te quedaste congelada por segundos, ni parpadeabas —su voz suena preocupada mientras me toca la frente para ver si tengo fiebre o algo, realmente viaje en mis recuerdos muy profundo porque ni me di cuenta cuando se levanto de la cama y acercó a mi.
—Si es que... me mareé... si me mareé un poco, creo que por levantarme muy rápido de la cama —fue la primera excusa que se me vino a la mente.
—También creo que se debe a que no haz comido nada y ya son las 4 de la tarde.
—¡QUE! ¡LAS CUATRO DE LA TARDE! —no pude evitar gritar un poco a lo que Jisoo río. Ya que solía despertarme al medio día incluso aún durmiendo de madrugada cuando terminaban las fiestas. Luego recordé la cantidad de alcohol que ingerí y le eché la culpa por haber dormido como la bella durmiente.
—Si Lili, no te preocupes tanto solo dormiste tres horas más que todos.
—Pero ¿por qué no me despertaron?
—Jennie te iba a venir a despertar para que comieras pero Kookie insistió en que te dejara dormir porque seguramente necesitabas reponer energías.
—Oh —es lo único que puedo decir después de escuchar aquel acto del pequeño conejo que hizo que sintiera un cosquilleo en mi estómago.
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Bajo las escaleras llegando directamente a la sala luego de bañarme y arreglarme un poco. Me encuentro en la sala a Rose, Jennie, Yoongi, Jimin y Hoseok. Y suspiró aliviada de que Taehyung y Jungkook no estén, ya que después de lo de ayer no creía poder verlos directamente a la cara sin ponerme como un tomate.
—Buenas noches Lalisa o mejor dicho bella durmiente —el primero en saludarme apenas me ve es Jimin, quien en su papel como mi mejor amigo no pierde oportunidad en burlarse de mi.
—Buenas noches tontin —río por como borra la gran sonrisa traviesa que tenía en su rostro y lo remplaza por un gesto de fingido enojo.
—Por lo menos yo si comí ramen de tu restaurante favorito —me restriega sacándome la lengua al final.
