1 año después.
Camino por los pasillos de la facultad de Ingienería a toda prisa, hago como puedo para moverme entre la marea de estudiantes, ¿Por qué siempre hay tanta gente en el medio? Y lo que hacen es quedarse en medio del pasillo como tarados para chismear sobre algún nuevo amorío en la facultad o sobre alguna infidelidad, choco con varias personas personas en mi intento por llegar a mi primera clase, hoy es 2 de septiembre del 2024 y es el primer día de clases de mi último cuatrimestre en esta mugrosa universidad con tan pésima administración, asisto a una universidad pública, asi que como sabrán ni papel higienico tenemos en los baños, muchos hemos tenido que tomar clases fuera de las aulas porque no estan lo suficientemente habilitadas para tomar clases, para no decir que es que no tienen pupitres, las ventanas se encuentran rotas y el lugar esta siempre polvoriento y mohoso, hasta tienen un horrible hedor a humedad y como a guardado, es horrible, pero está era la unica universidad que me podía costear, asi que me toco aguantarme por unos cuatros meses más y luego graduación, esclavización laboral, un trabajo mal pagado y con pocas vacaciones al pertenecer al sistema de salud.
Cada inicio de cuatrimeste sólo deseo una sola cosa para ser feliz: que mi pesadilla no vuelva.
Elizabeth cada cuatro meses se va de vacaciones a España a visitar a su novio y cada vez que regresa, vuelve más insoportable que antes, siempre tengo la esperanza de que se quedara a vivir allá con su novio, pero esa misma esperanza muere cuando la veo atravesar la puerta de la facultad, es como si no tuviera suerte ni para eso, pero tal vez este cuatrimestre sea diferente, tal vez ahora si no regresará nunca más.
Siento mi teléfono vibrar en la mochila, asi que mientras avanzo por el pasillo, comienzo a rebuscar entre mis cosas para dar con mi celular, seguro es una llamada de mi madre o de Diane, seguro nuevamente esta última se olvido las llaves en casa, sigo rebuscando pero no lo encuentro a pesar de que lo siento vibrar, por Dios ¿Por qué cada vez que buscamos algo desesperados ese algo siempre parece que se pierde o que fue tragado por un agujero de gusano?
Al fin encuentro el bendito celular, tuve que sacar todas las cosas que llevaba en la mochila para poder encontrarlo, asi que ahora las llevo en una mano como puedo mientras maniobro con la otra para tratar de tomar la llamada, mi vista queda obstruida por todas las cosas que llevo, estoy a punto de tomar la llamada cuando sin querer tropiezo con alguien y todas mis cosas incluyendo mi telefono caen desparramadas por el suelo.
Dios, definitivamente hoy no es mi día, voy muy atrasada y mi zapato donde quedó.
— Disculpa, no me fije por donde iba — por suerte una ronca voz me saca de mis cavilaciones, que bueno porque ya estaba comenzando a divagar.
Dirijo mi mirada hacia el chico y veo que esta agachado recogiendo mis cosas asi que copio su acción para ayudarlo, despues de todo fue mi culpa.
— No, descuida, no tienes porqué disculparte, después de todo yo iba muy distraida, ha sido en completa mi culpa — le digo mientras terminamos de recoger todo.
Escucho su suave risa y como si fuera cosa del destino o pura coincidencia de la vida nuestras miradas se encuentran justo al mismo tiempo, al principio nos quedamos absortos en nuestros pensamientos, en un imperturbable silencio, el mundo pareció desaparecer a nuestro alrededor pero no por la razón cliché que estan pensando, sino por las malas jugarretas del destino, al principio no lo reconocí, pero después su rostro apareció en mis recuerdos, la vergonzosa caída, el trigueño, las burlas, las risas y los falsos piojos, todo eso apareció en mi memoria de golpe junto con el recuerdo que he tratado de olvidar a toda costa: mi absurda ruptura.
De todas las personas que tenía que encontrarme el primer día, debió ser justo él, esto es muy estúpido, es muy absurdo.
Tomo velozmente el resto de mis cosas que aún yacen en sus manos, mi movimiento inesperado lo dejó sorprendido pero se recompusó rápidamente, me incorporé de golpe y él copió mi acción, ruego para que no me reconozca, aunque al parecer no me recuerda puesto que me mira con extrañeza, estoy a punto de seguir mi camino cuando su voz me detiene.
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Henry: El príncipe no tan encantador.
Teen FictionUn príncipe no tan encantador. Ken siendo el verdadero accesorio de Barbie. Bestias que fingen ser princesas o princesas que aparentan ser bestias. Caballeros sin una pizca de honor. Según lo que he visto, esa podría ser la verdadera definición de r...