2do Dado: Mal comienzo

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Sinceramente no recuerdo mucho, mi mente estaba bloqueada desde que llegué a este lugar.

Estaba en un lugar con mucha multitud, demasiada para mi gusto.

Recuerdo haber notado un lugar más tranquilo y me dirigía hacia allí.

Pero me pareció ver una figura conocida y me detuve por un momento y seguí buscando a esa persona con la vista.

Cuando volví en mí estaba rodeado de unos imbéciles que no se callaban.


Aun así, lo soporté, porque lo prometí, dije que me comportaría durante el último día y tengo que hacerlo porque la decepcionaré si no cumplo la promesa, ella estará triste.

Bajé la cabeza mientras seguían escupiendo tonterías y al mirar a mi alrededor se había reunido cierta muchedumbre a mi alrededor.

No importa, todo estará bien, ellos se marcharán cuando se cansen y yo cumpliré lo prometido.

Así pensaba hasta que escuché cierta frase "Carla Syetly Génic, la más hermosa del año"

Mi mente se bloqueó y no logré encontrar una respuesta. Mi voz se escapó y sonó áspera, pero ni recuerdo que dije en ese momento.

A pesar de mi duda todo estaba bajo control, hasta que escuché aquellas palabras.

Basura...yo?

Un vizconde...él?

En ese instante toda la paciencia que había mantenido se evaporó.

No llegaba a comprender como había sucedido algo como esto, como pude tener piedad con estas cosas. Esta basura, un mero vizconde me había hecho perder mi tiempo. El tiempo que le pertenece solo a esa persona, el tiempo que debí haber usado buscándola. ¿Se desperdició en este malnacido?

Me agarró por el collar de mi camisa y sin pensarlo mucho, como si fuese algo natural, algo diario golpeé su garganta tan fuerte como pude con mi mano izquierda.

"¡Igh Cough cough!"

Se retorció y siguió escupiendo, me daba asco el solo verlo. La otra basura se tomó su tiempo pero reaccionó y verificó el estado de su compañero.

"¿¡Hey, quién te crees que eres!? ¿¡Crees que vas a salir impune después de esto!?"

Este tipo... ¿qué rayos está diciendo? Recordé que no todos son especiales y me molesté en presentarme a pesar de las molestias.

"Vidal Dieviat Dukelheit."

Declaré elevando el rostro con soberbia.

Un silencio ensordecedor cubrió el patio y pude ver claramente el cambio de expresión en esos insectos.

Nunca se cansan de molestar realmente.

"¿Vidal?"

Pateé su mandíbula al notar su falta.

"¿Quién diablos te crees que eres para hablarme a mí con ese tono?"

"Dishculpah.."

Sosteniendo la sangre en su mandíbula gimió como animal que es, esperé a que se relajara para patear su rodilla y hacerlo arrodillarse.

"Bien, ahora si podemos tener una audiencia. Entonces respondeme insecto, ¿cómo planeas resolver esto?"

Fue posible apreciar el terror que recorrió desde su rostro hasta lo más profundo de sus entrañas. El otro imbécil se levantó débilmente y con su ceño fruncido escupió:

"Esto no va a terminar aquí, ¿Escuchaste? Seas quien seas te destruiré a ti a tú familia."

Haah, no debe haber escuchado mi presentación debido a su tos, pobre criatura.

"¿¡Cómo te atreves a golpearme!? Seré yo el único gobernador del territorio de mi familia, confidente del próximo emperador y quien enamorará a Carla Syetly Génic, la más hermosa del año."

Al escuchar eso pude comprender lo que había meditado antes, no me sorprende no haberlo entendido.

Con dos pasos al frente golpeé su mejilla izquierda enviándolo pocos metros hacia atrás.

"¿La más hermosa, Carla? ¿¡Quién es esa!?"

Mi voz retumbó como la de un verdugo. Aunque él ya no era capaz de escucharla, cayó y no volvió levantarse.


Bien, sigamos castigándolos pues. Girándome hacia el miedoso, pude escuchar su grito de niña.

"Hiiih, pa-pa-para porr favor."

"Fue vuestra culpa por jugar con su suerte" mi patada abrió el telón de esta enseñanza.

Continué pateando el cuerpo del compinche por todas partes y solo podía sentir rabia. ¿Cómo pueden ser tan ignorantes?

La luz de mis alrededores se oscureció y solo podía distinguir mi propio cuerpo, ni siquiera estaba seguro de a quien o a que golpeaba.

Mi cabeza comenzó a arder y tuve el deseo de detenerme, pero mi consciencia me repetía que esto era lo correcto y así la obedecí, y permanecí cayendo en el oscuro abismo que rodeaba mi ser.

Rindiendo ninguna resistencia...

"¡VIDAL!"

Con el escuchar de esa dulce melodía todos los muros cayeron y la luz se formó una vez más, en el suelo seguía el muchacho golpeado y apenas consciente.

Pero nada de eso importaba ahora, giré mis ojos hacia la voz que expulsó toda tiniebla de mis ojos.

Aaah...

Encontrando mis ojos con los suyos, que placer se me ha concedido.

Allí a unos 10 metros estaba mi amada.

"¡Albaaa!"

Comencé a correr hacia ella.

"¿Donde estabas? Te busqué por todos lados."

"Estaba en el salón de profesores, tenía que discutir algo allí."

"Oh, ya veo, como se esperaba de ti."

No podía dejar de sonreír al ver su figura, y repentinamente tocó mi mejilla y la acarició.

"Hey, ¿qué haces frente a todos?"

Retirando su mano, noté una mancha roja.

"Alba, eso es..." Pude ver su rostro oscurecerse.

"Me prometiste que no lo harías de nuevo."

"Lo siento, no pude aguantar cuando ellos comenzaron a decir tonterías."

"Vidal, debes entender que todos somos personas y que somos iguales."

Alba explicó con voz amable y suave que parecía desvanecerse con el viento.


Lo que ella decía tenía lógica, sin embargo.

"¿Eh? ¿Qué dices? Sé que eres demasiado buena con todos, pero no deberías compararte con estos insectos" ¡No, para! Mi boca seguía moviéndose sin mi aprobación "Estos son la basura de la basura, alguien como tú no deberías compararte con ellos." Detente, parece que va a llorar en cualquier momento. "Y sobre todo-"

¡CALLAAA!

No entiendo esto, como puede una conversación cansarme tanto, dejé de darles razones, ni siquiera sé el por qué lo hice, pude escuchar una pequeña voz que me irritaba, pero al final fue muy fuerte y me dio un fuerte dolor de cabeza.

Al dejar de hablar y sostener mi cabeza Alba se acercó.

"¿Estás bien? Deberíamos ir a casa ahora."

"Esta bien, vamos."

El público abrió paso mientras hacíamos nuestro camino hacia el carruaje. Alba no dijo nada mientras caminábamos por lo que yo evité hablar también. Debe estar molesta porque rompí la promesa.

"Haaah" suspiré.

"¿Ocurre algo?" Alba preguntó

"¿Eh? Ah, no, solo estaba un poco nervioso por ver a mis padres."

"¿Por qué lo estarías?"

"Tengo miedo de que piensen que no he crecido lo suficiente."

"Vidal, puedo afirmar orgullosa de que eres quien tiene más conocimientos médicos en toda la Academia y seguirás creciendo, también eres bueno con la lanza y el arco."

"Pero aun así no puedo ganar contra ti y menos aún contra-"

"¡Enanoooo!" Una voz me interrumpió, una que conocía bastante bien.

"¿Quién es el enano Gun?"

En la cima de un árbol estaba mi meta estudiantil, el estudiante más fuerte de la Academia Gunther Syetly Roxfold.

"Escuché que armaste otra fiesta."

"Callate, no fue una fiesta."

"Oh, es una pena, porque quería unirme."

Este tipo está tentándome.

"Esta bien, lo admito, eres más fuerte que yo."

"Por supuesto que lo soy. ¿Qué dices cuando no me has derrotado ni una vez?"

"Ugh, pero verás cuando regresé te haré comer tierra."

"Creo que sería mejor si permanecieras escondido en tu habitación jugando con tus juguetitos."

"¡Son herramientas!"

"Puede ser que tengas miedo, Gunther?" Alba entró en nuestra conversacion dejándome fuera de ella.

"¿Miedo? ¿De qué hablas, si pudiera saber este humilde caballero?"

"¿No crees en la posibilidad de que Vidal pueda derrotarte?"

"Le faltan 100 años para eso."

"¿Estás seguro?"

Después de mirarse fijamente entre sí como dos depredadores luchando por su territorio, Gunther despejó el incómodo ambiente con su acostumbrada risa.

"De acuerdo. Vidal, la próxima vez que tengamos un duelo dejemos que tu princesita este de testigo."

"¿Oh, estás seguro Gun? No creo que vaya a perder si Alba me apoya."

"Ya lo veremos." Diciendo eso saltó del árbol hacia otro y así continuó hasta desaparecer de nuestra vista. De verdad parece un animal.

Al despedir su figura, continuamos caminando.

"Alba, gracias por apoyarme."

"¿Qué dices? Claro que te apoyaría y recuerda que yo siempre estaré de tu lado."

"Alba..." me sentí conmovido la verdad. "¿Me das un abrazo?" Pedí con una gran sonrisa formada en mis labios.

"No." Negó crudamente

"Ehhh, vamos, ¿por qué?"

"¿Quién quisiera abrazarte aquí?"

Un golpe fuerte para mí la verdad. Espera, ¿dijo ella "aquí"?

"Alba que-"

Me sonrió y murmuró algo que entendí como "Cuando estemos solos"

La sangre se me subió a la cabeza, probablemente esté rojo por completo.

"¿A que te refieres cuando estemos solos?"

"¿Hmm? ¿De qué hablas?"

"Sobre lo que dijiste ahora mismo."

"Solo te dije que te apresuraras."

"¿¡Eeeeeh!?" si ella dice eso supongo que escuché mal. ¿Tantas ganas de abrazarla tengo?

"Sus altezas por aquí, un placer servir a la segunda princesa y al tercer hijo de los Dukelheit."

Habíamos llegado al carruaje y así nos recibía el conductor, este si es un buen trabajador, amo cuando llaman a Alba princesa, me recuerda la grandeza de mi comprometida.

Alba Dieviat Licht, ese era el nombre completo de Alba, lo cual demostraba que era miembro de la única familia más poderosa que los Dukelheit, la misma realeza.

Los Dukelheit han mantenido una lealtad irrompible desde hace 800 años, desde aquella guerra. Quien detuvo esa guerra no fue nadie más que el predecesor de la realeza y de los Dukelheit: May Dieviat.

Nuestro ducado es pariente lejano de la realeza por lo que muchos nos consideran parte de la familia real ya que relación entre nosotros no es tensa, cosa que se aprecia con nuestro compromiso.

Este conductor sabe como agradarme
.


"Bien, tu saldo será duplicado cuando lleguemos a casa."

"Muchas gracias señor."

¡Ves! Que agradable es, ojalá todos fueran así.

Se nos fue abierta la puerta y entramos al hermoso carruaje color esmeralda.

Así comenzó el viaje a mi hogar,


El que cambiaría todo.











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