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obsesión; lo que jiwoong siente por el tierno seok matthew.
Hay un momento de las clases donde los alumnos cansados de escuchar a los maestros, salen al baño a hacer sus necesidades. Pero en realidad solo van a hacerse el tonto por un tiempo y despegarse un poco.
Ese era el caso de Seok, un estudiante de segundo año de preparatoria que buscaba distraerse un poco antes de comenzar a hacer las actividades de la clase que en ese rato les pondría el profesor.
Llegó al baño y entro a un cubículo para poder arrojar sus líquidos en paz, pero sus movimientos fueron frenados al escuchar unos pequeños y extraños sonidos al lado de el; como suspiros y ¿gemidos?
Era normal que los chicos de su edad hicieran eso, así que quiso ignorar la situación, pero no se podía hacer ajeno a esos sonidos por un largo tiempo. Hasta que algo lo hizo reaccionar y prestar un poco mas de atención.
—Ah~, lindo Matt — la otra parte del baño gemía dulcemente, pero con una voz gruesa.
En ese momento, Seok esperaba que fuera otro "Matt" el que causaba que el chico gimiese tan esplendorosamente y con tranquilidad. Aunque otra parte lo hacía sonreír y sonrojarse un poco.
—Mgh, un poco mas Matthew.— parecía estar disfrutando de la masturbación esa persona, pero lo que mas hizo sorprenderse fue haber escuchado su nombre en esa acción algo cochina.
Es cierto que no es malo ser gay, pero Seok, el adorable niño de preparatoria y además con novia, ¿saliendo con otro chico? Extraño.
Y si pensaba que era perturbador escuchar esos gemidos ahí, mas lo hacia temer el escuchar su nombre. Aunque hay ciento de personas que se llaman igual, no podía no pensar en el mismo.
Después de haber escuchado el ultimo sonido proveniente del cubículo de a lado, entro en razón y salió a lavarse las manos, encontrándose así a la persona dueña de esos gemidos. Era nada mas y nada menos que Jiwoong, el sexy y apuesto alumno del tercer grado.
Era de admitir que hasta para Matthew era jodidamente apuesto, pero no caería a el. Claro que no.
Dejo de lado sus pensamientos y fue hacia el lavamanos, mirando por el espejo al otro cuerpo, causando una conexión de miradas donde Seok se hizo pequeño y deseo no haber salido.
Sus ojos eran penetrantes, su cabello lleno de sudor hizo que el cuerpo del menor se estremeciera, y las venas en sus manos hacían saber que había sido un momento de arduo trabajo. Mientras una sonrisa picara se formaba en los labios del mas alto, el de hoyuelos buscaba la forma de salir del lugar, sin mostrarse extraño y sin interés a lo que antes había pasado.
—Escuchaste todo, ¿no es así?— pregunto, mientras tapaba el paso a la salida.
Matthew negó nervioso, mirándose que obviamente su respuesta no era mas que una mentira para poder escapar vivo.
—Matthew-ah, se que lo hiciste— sonrió de lado —, y no me molesta, tranquilo.
—Dis-disculpa, debo irme — aun estaba en su intento de salir del lugar.
Parecía que el chico tierno estaría por un largo tiempo donde antes el lo llamaba "lugar de paz", junto a un maniaco guapo que gemía su nombre sin descaro.
—Por dios, bebé, ¿no lo ves? — se miraba como una persona obsesionada —. Tengo todo lo que necesitas. Solo un genio como yo puede amar a un chico como tú.
Mientras esas palabras macabras salían de su boca, sus pies emprendían un camino hacia el frágil cuerpo de Seok, quien temblaba, pero deseaba, por la cercanía entre ellos.
Hubo escasos centímetros entre los labios gruesos y los labios finos que hacían sentir necesidad y hambre; era un poco notorio que hasta Seok Matthew necesitaba los belfos de su mayor en los suyos, pero no lo aceptaría.
Jiwoong se acerco al de hoyuelos y susurro;
—Ambos lo necesitamos.
El beso, que empezó torpe y lleno de timidez, se convirtió en la octava maravilla en el mundo de esos dos chicos haciendo algo indebido en un simple baño escolar; el menor abrió su boca, dando paso a la lengua del chico sexy.
Ahora, quien gemía sin saber, era Seok.
La lengua de Kim estaba caliente, y eso hacia sentir una corriente eléctrica en el cuerpo de Matthew, queriendo cada vez más y más por parte del alto.
El de labios gruesos comenzó a navegar su mano en el cuerpo del de hoyuelos, empezando de la nuca hasta llegar a la diminuta cintura de este.
Se sentían en el paraíso, pero eso acabo justo después de que un sonido, además de sus gemidos y suspiros, se hiciera presente en la pieza; era la puerta del lugar abriéndose, entrando así un estudiante más que parecía ser de segundo año por su cara entrando en pubertad, como la de Seok.
—Yo... me disculpo, pero me hago del baño — hablo, haciendo distracción en el mayor y dando paso a la salida del tierno adolescente que antes fue besado por un sexy alumno.
—Mierda — pudo solo decir, para llevar sus manos a su cabello y peinarlo con desespero.