|OneShot|

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Kim Namjoon — Debitor

Verano del 2004

Orfanato 'New Hope'

Kim Namjoon yacía sentado en una esquina de la cutre habitación en la que dormía él y los otros cinco niños que sufrían igual o peor de lo que él lo hacía. Namjoon no estaba en ese lugar por gusto, menos por elección propia, sino porque la vida había sido injusta con él desde el día en que había nacido. No tenía mamá tampoco tenía un papá, apenas y conocía su nombre y era más que nada mucha suerte tener una identidad en un lugar como en el que él vivía.

Desafortunadamente, para Namjoon no había un arcoiris que saliera después de cada tormenta porque en su vida, siempre, siempre había rayos. Desde muy pequeño había aprendido lo que era el dolor, ser abandonado con solo pocos años de vida no era fácil de digerir pero siempre se podía superar, Namjoon no extrañaba a su madre porque nunca había sentido el calor de una, tampoco quería jugar a la pelota con su padre porque él en realidad no había conocido al hombre que lo engendró; no extrañaba lo que no tenía y nunca tuvo, más bien, él sufría por lo que vivía de continuo.

Era de esperarse que alguna vez, durante sus ocho años en el internado, alguien tratara de adoptarlo y darle un hogar pero él ya había perdido la esperanza pues cada persona que llegaba al orfanato en busca de un hijo, siempre pasaba de largo por donde estaba él. ¿Era su color de piel? No era blanco como el papel como el resto de niños que vivían en el horrible edificio, también, cómo extra tenía el cabello raro y tieso, eso tal vez era porque no gozaba de una rutina de cuidado capilar adecuada pero, aún así afectaba su destino.

Nadie quería al niño feo con la piel trigueña y el cabello ondulado, nadie quería a un niño defectuoso que dependía de lentes con aumento descomunal para poder distinguir las señales de tránsito o las letras que aprendía en la escuela. Nadie buscaba a un niño flacucho y que enfermaba constantemente producto de la mala alimentación y todo el desgaste físico por el que pasaba sin él haberlo solicitado. Nadie quería al pequeño Kim Namjoon.

Ya se había resignado. Para un niño de diez años, entender que no tenía oportunidad de probar lo que era tener una familia, resultaba difícil. Era un proceso doloroso en donde su destino se marcaba claramente. Se había resignado a pasar su vida entera en el cutre orfanato con mala calefacción y de olores putrefactos. Su destino estaba listo para augurar el dolor, sufrimiento y la pobreza. Kim Namjoon olía a fracaso y aunque los demás dijeran que era solo el fétido olor que salía de los conductos de desagüe, él sabía que en realidad lo que olía mal era su futuro y su presente.

Namjoon vivía un infierno no solo por las condiciones tan precarias en las que estaba el lugar, era también por lo que pasaba con él. Las personas que trabajaban en aquel lugar no eran del todo buenos, en realidad el pequeño Nam podía contarlas con los dedos de sus manos y aún sobraban, siempre se recibía maltrato de todo tipo y en todo tiempo, no habían buenos tratos y las pocas veces en las que la situación no parecía ser mala era porque habían visitas, parejas buscando hijos o autoridades oficiales. 

El Orfanato nunca iba a buscar alguna clausura por lo tanto tenían que actuar bien y eso los incluía a ellos. Ya se sabía el guión de memoria, siempre actuar feliz, tener siempre una buena imagen y estar aseado, también mostrar destrezas en la escuela y de paso practicar el compañerismo. Debían mostrar que dentro se vivía entre algodones y flores aunque la realidad fuera otra. 

Para Namjoon, en el día era más o menos todo llevadero, podía ir a la escuela y aunque las profesoras no fueran del todo buenas, al menos eran más agradables que el personal de trabajo de orfanato, nunca le gritaban y siempre estaban dispuestos a ayudarlo pero, no podía pasar todo el tiempo en la escuela aunque quisiera, no solo para huir de las personas que lo lastimaban, sino también para aprender un poco más porque había descubierto que era un buen estudiante aunque aquello no le sirviera de mucho porque una vez que dejara el lugar y se fuera a vivir por su cuenta, jamás podría tener una vida normal y tranquila, siempre sería un punto negro en una gran hoja blanca.

DEBITOR | KIM NAM JOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora