Parte única

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Cerró su mochila y guardó el azúcar que le sobró en el cofre; hasta hace unos minutos había estado en el zoo rellenando los comederos de los colibríes.

De reojo pudo observar en la madera las pequeñas chispas que llevaban persiguiéndolo toda la mañana. Sabía lo que significaban y ahora más que nunca se alegraba de haber puesto torretas incluso dentro de su hogar si con eso mantenía fuera a su visita indeseada.

Abrió su inventario para vaciarlo y quedarse solo con lo importante, pero un libro que no estaba ahí antes llamó su atención. Lo abrió para ver su contenido y rodó los ojos fastidiado.

'Sal Vegetitta, quiero hablar contigo'

Guardó las cosas que no iba a necesitar y apagó las torretas del balcón, no planeaba ir a ni un lugar con ese demonio y le dejaría claro que si salía era solo para que lo dejara en paz de una vez por todas.

Salió cerrando la puerta y esperó de brazos cruzados a que el ser apareciera.

—Bueno bueno Vegetitta, ¿me extrañaste? —el demonio, mejor conocido como Osito fiu fiu, apareció flotando frente a él.

—Dime que quieres Rubius, estoy ocupado —revisó su inventario asegurándose de tener el control a la mano en caso de necesitarlo.

—Sabes lo que quiero Vegetta —sin darle tiempo al sabio a reaccionar el demonio se acercó hasta que sus narices se rozaron, invadiendo su espacio personal.

—Gracias por la oferta —le dio un empujón para alejarlo.— Pero no la necesito, estoy feliz con mi pareja así que puedes irte por donde viniste.

—Ay por favor, ¿No creerás que ese tonto en serio te ama, verdad? —sacó una foto donde se veía a Foolish y Mariana besándose en la sala de la torre.— Lamento decirte que se besuquea con otros a tus espaldas.

Agarró la foto con una ceja alzada, se acercó al borde del balcón y, contrario a lo que Rubius esperaba, simplemente la tiró dejando que el viento se la llevara. — Hace tiempo que vi esa foto, Rubius y se lo que realmente pasó. Confío en Foolish y no me harás dudar de esto como lo hiciste en el pasado.

Vegetta observó la cara sorprendida de Rubius y el enojo lo invadió.—¿Qué? ¿Pensaste que este tonto nunca ganaría, verdad? —recordó todas sus relaciones anteriores, Lolito, Luzu, Willy, todas fallidas por culpa de él. —Pues ¿Qué crees? Con Foolish descubrí lo que es el verdadero amor —sonrió arrogante.— Al fin pude seguir con mi vida y ya no te necesito en ella.

—No, no es posible —podía ver las chispas crecer convirtiéndose en pequeñas flamas. —Tu debes estar conmigo, no con ese tonto de Foolish ni cualquier otro. Tu eres mío Vegetta.

—Era tuyo, Rubius, pero ya no más —su voz era firme, no volvería a flaquear por esos ojos que amó en un pasado.— Te recuerdo que tu me abandonaste. Bueno, ahora estoy recogiendo los pedazos de mi vida, sin ti en mi mente.

—Pero Vegetta, yo puedo darte mucho más que cualquiera, puedo darte el poder que quieres, solo tienes que escogerme.

—Ya no más —negó con la cabeza y regreso a la puerta del balcón poniendo distancia entre ellos.— Dejé que me manejaras a tu antojo mucho tiempo, siempre volviendo a ti cuando tu querías. Conformándome con migajas de algo que ahora se no era amor —posó su mirada en un punto detrás del demonio, recordando ese tiempo cuando creyó que no merecía ser amado, que tenía que dar las gracias porque alguien como Rubius se hubiera fijado en él.

—Pero yo te amo Vegetta, te necesito —podía notar la desesperación y una pizca de tristeza en su tono, más no se dejaría engañar esta vez.

—Tu no me amas Rubius, nunca lo hiciste —negó.— Lo que tu querías era tenerme bailando al rededor de tu dedo, tener mis riquezas y usarme a tu antojo; eso no es amor. Alguien que te ama te apoya, comparte tus logros y tus penas. El verdadero amor te hace sentir como un niño pequeño, como si todo lo que conoces ahora tuviera otros colores, colores que nunca habías visto. Yo encontré eso con Foolish y esta vez no dejaré que lo destruyas.

Lo vio por ultima vez a los ojos. Se sentía orgulloso de si mismo por estar haciendo lo que tantos años le costó.

—Así que no, Rubius. No voy a volver contigo y, a menos que sea para algo realmente importante, no quiero volver a verte en mi hogar —le dio la espalda, entró a la torre y, por primera vez al tratarse de él, no volteó atrás.

Salir adelante || FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora