🌙|• ∂∂ℓℓ: Eʅ ƈυαɾƚσ ƈɾҽƈιҽɳƚҽ •|🌙

Stolas había convocado a Blitzo a su palacio para una reunión casi improvisada. Normalmente iría a la sede de IMP (le gustaba registrarse entre las fechas acordadas de Luna Llena), pero su horario le impedía salir de los terrenos del castillo hoy. Habían estado discutiendo algunos objetivos más que los “asociados” de Stolas querían que el equipo IMP se encargara. Pero ahora todo se estaba convirtiendo en un papeleo servil. Stolas le echó un vistazo a Blitzo y lo miró de reojo con una sonrisa tímida. Esperaba poder disfrutar de un momento con el diablillo antes de que se pusiera el sol, sin que el trabajo les robara la atención.

"Creo que eso concluye el negocio por hoy, ¿no dirías Blitzy?" dijo la lechuza con un ronroneo. Se movió del escritorio para sentarse en el sofá de su dormitorio, haciendo un gesto para que el diablillo lo siguiera. Blitzo arqueó una ceja pero se levantó de su silla y se unió a Stolas sin quejarse, dejándose caer sin contemplaciones sobre los lujosos cojines de terciopelo.

El príncipe envolvió su brazo alrededor de la diminuta forma roja, acercándolo más. En público, Blitzo se habría vuelto loco y empujado a Stolas. Pero aquí, solo en el castillo, parecía casi contento. Incluso se acurrucó un poco en el costado de la lechuza mientras abría su Voxtagram para responder a un mensaje. Stolas se rió por lo bajo.

"¿Qué es tan jodidamente divertido?" Blitzo prácticamente se burló, apartando los ojos de una foto de un caballo Clydesdale.

“Blitzy, ¿por qué siempre insistes en ser tan frío conmigo en público?” la lechuza ignoró la pregunta a favor de hacer la suya propia.

El diablillo frunció el ceño ante la pregunta contundente. A Blitzo no necesariamente le desagradaba Stolas. Sus sentimientos eran más complicados que eso. Stolas era un acuerdo de negocios y un dolor de cabeza, sí, pero también era una consistencia. Fue solo cómo la consistencia hizo que Blitzo sintiera que ese era el problema. Era fácil para el diablillo ser atrevido con los demás: lo toleraban o lo odiaban y eso era fácil de entender. El rechazo y la ira le resultaban divertidos. Pero con Stolas descubrió que sus cumplidos eran sinceros y que su atracción por Blitzo era intensa. Y Blitzo no sabía del todo qué hacer con eso. Fue un poco una mierda.

“Psh… yo… ffff… no tengo que explicarte una mierda.” El diablillo volvió a buscar en su teléfono.

“Solo digo… me alejas frente a los demás pero me dejas cerrar cuando estamos solos. Es realmente irritante”. Stolas golpeó con un dedo la punta de su pico pensando: "Aunque, me hace sentir un poco especial, ser el único que ve este lado tuyo".

Blitzo puso los ojos en blanco. Era como si Stolas supiera exactamente qué decir para enojarlo.

“Escucha, si quieres que te odie, tienes que esperar otras dos semanas. Ahí es cuando sucede tu mierda de Luna Llena, así que es cuando hacemos el ridículo. Como acordé. Fin de la historia."

“¡Oh, ven ahora! Puede que me sienta… débil por tus deliciosos encantos y… Stolas se mordió el labio y acarició con un dedo la cola que el diablillo inconscientemente había acurrucado contra su muslo. “-Físico carmesí flexible. Pero puedo tener una conversación civilizada sin que se vuelva sexual. Incluso si quiero desesperadamente que pruebes mi agujero goteante con tu cola y me golpees hasta que no pueda pensar con claridad, rellena mi pico con tu polla palpitante para que pueda tragarme cada gota de tu espesa y caliente...

“¡Oh, DIOS mío, Stolas BIEN!” Blitzo interrumpió al demonio, sabiendo que si no lo detenía pronto, tendría que volver a escuchar la fantasía de los “sándwiches de gelatina”. A este tipo realmente le encantaba presionar sus botones, ¿eh? El diablillo se puso de pie y se dio la vuelta, mirando al príncipe búho con una mirada furiosa y una cara sonrojada. “Solo cállate y ponte de rodillas”.