L Y C A N | KOOKV
Kim Taehyung se muda al lluvioso pueblo de Gongju junto con su hermano, su madre y su nuevo padrastro, donde no sólo deberá a empezar a salir de su zona de confort, sino cuidarse de aquel lobo que parece vigilarlo en las noches. En...
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Me aferré con bastante fuerza a mi horario después de que mi hermano me hiciera bajar del auto que compartíamos; hoy, por suerte, le tocó manejar a él, puesto que es nuestro primer día y él ya había venido anteriormente con mamá. Mamá se había encargado por sí misma de que compartiera las mismas clases con mi hermano, ya que por alguna extraña razón ella genuinamente confiaba en que ambos podríamos socializar en conjunto, lo que es absurdo; mi mellizo siempre ha resaltado por su gran atractivo, mientras que yo apenas y sabía socializar realmente, soy ambivertido, por lo que eso siempre me ha causado problemas a la hora de establecer relaciones con cualquier persona y de cualquier tipo.
"Camina más rápido, Taehyung." me apremia mi hermano, halándome del brazo. "Por tu culpa casi llegamos tarde."
"Lo siento, Jae." suspiré, dejándome llevar por él y su agarre.
Es nuestro último año escolar y mamá había tenido la maravillosa idea de casarse con su novio a distancia, causando que abandonáramos Busan para mudarnos a un pueblo pequeño y casi escondido. Con Jaemin habíamos acordado mudarnos a Seúl luego de graduarnos de la escuela, para ir juntos a la universidad; una alternativa que debíamos discutir con mamá lo más pronto posible.
Al ser un pueblo tan pequeño, no había muchos habitantes y, por ende, parecíamos ser la comidilla de ellos, todos los alumnos de esta escuela parecían observarnos mientras mi hermano me arrastraba hacia nuestra primera clase. Podía notar las miradas curiosas y anhelantes hacia mi hermano, con su cabello un tanto largo y su excepcional sonrisa cuadrada. Somos mellizos, con únicamente diez minutos de diferencia, haciéndolo mayor a él y muchísimo más alto de lo que yo soy. Tenía algunas (bastantes) similitudes con mi hermano, pero de alguna forma yo no parecía ser tan atractivo como él según la opinión de mis anteriores compañeros. Ambos teníamos la misma sonrisa cuadrada de papá, nuestra cabellera negra, el lunar en la nariz, las cejas pobladas de mamá y una rara marca de nacimiento en nuestra espalda.
Al llegar por fin a nuestro salón, suelta mi mano e inmediatamente me acaricio el lugar donde él me lastimó inconscientemente. Jaemin siempre había buscado cuidar de mí, pero parecía absurdo cuando él no sabía medir su fuerza conmigo.
"Siéntate donde tú quieras y yo me haré atrás." Me ordena, haciéndome fruncir el ceño. Había muy pocos estudiantes en el salón, quizá no habíamos llegado tan tarde como me acusaba él.
"No tienes que estar atrás mío, ¿lo sabes? Puedo estar bien por mi cuenta." Bufé, acomodándome la maleta y buscando algún lugar cómodo que me dejara divagar.
"Lo sé, pero eres mi hermanito y mamá dijo..."
"No tienes que cuidar de mí todo el tiempo, Jae." Murmuré, sentándome cerca a la ventana. Hoy hacía un sol espectacular, parecía ser el único día con un sol tan brillante desde que nos mudamos, pues en las semanas que hemos estado aquí, el clima ha sido lluvia tras lluvia.
