L Y C A N | KOOKV
Kim Taehyung se muda al lluvioso pueblo de Gongju junto con su hermano, su madre y su nuevo padrastro, donde no sólo deberá a empezar a salir de su zona de confort, sino cuidarse de aquel lobo que parece vigilarlo en las noches. En...
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Aunque ya había pasado una semana desde que empezamos las clases de manera oficial, aún seguíamos siendo la comidilla de la escuela, mi hermano parecía bastante relajado con la atención que recibía por parte de las chicas y donceles, pero a mí me estaba empezando a fastidiar ser observado por muchos pares de ojos fuera donde fuera en la escuela. A veces volvía a sentirme observado, pero gracias al cielo ya no era por mucho tiempo, así que terminé por acostumbrarme a la inquietante sensación.
Mi hermano iba de un lado a otro siguiendo ciertos recados que nos dejó uno de nuestros maestros y yo iba detrás de él como un perro faldero, en mi defensa Jimin estaba ocupado con otras cosas y por nada del mundo me quedaría solo y expuesto en la cafetería rebosada de estudiantes.
"Ayúdame con esto, Taehyung." Mi hermano me pasa un montón de papeles, "Iré a entregar estos cuadernillos a la maestra de literatura, tú lleva esos exámenes a la sala de maestros, ¿bien? Nos vemos en la cafetería, te compraré algo delicioso."
"Pero..." Mi hermano se fue con grandes zancadas, dejándome solo en medio de los pasillos, sintiendo varios pares de ojos en mi espalda, haciéndome suspirar, "Pero no sé dónde está la sala de maestros." Murmuré a sabiendas de que no me escucharía y viendo la pila de papeles que tenía entre mis brazos. La escuela era lo suficientemente grande como para que yo me perdiera, de hecho, era la única escuela pública del pueblo por lo que era una de las escuelas más grandes que había aquí.
Miré en todas las direcciones buscando alguna indicación que me ayudara a moverme, pero sólo veía escaleras y salones por doquier. Nuevamente observé la dirección por la cual se fue mi hermano y tomé la ruta con dirección contraria, pensé en acercarme a algunos estudiantes que hablaban relajadamente por los pasillos, pero apenas intentaba acercarme mis manos sudaban y mi corazón latía con tanta rapidez y fuerza que prefería seguir buscando vagamente la sala de maestros. Sabía que en cualquier momento mi hermano me llamaría preguntándome dónde demonios estoy y yo no sabría responderle. Así que con desespero caminé rápidamente hacia el primer rostro conocido con el que me encontré.
"Yo... um, disculpa." Le toco tímidamente la espalda al muchacho que mide diez centímetros más que yo. Este se voltea, pausando la conversación con sus animados amigos mientras que yo tan sólo me sentía morir de la vergüenza por interrumpirlo. "Hola..."
"Hola." Jungkook me sonríe ladinamente, yo podía reconocer la duda en su mirada al percartarse que precisamente yo me acerqué primero. Por sorprendente que sonara todo, algo en sus ojos me pareció conocido.
"Yo... necesito llevar esto a la sala de maestros, pero no conozco dónde está." Le explico rápidamente, "¿Podrías indicarme cómo llegar? Por favor." Le pido lo último casi como un ruego, sintiendo la mirada burlona que sus otros dos amigos me dedicaban.
"Ya veo." Él muerde su labio antes de voltearse ante sus amigos, "Nos vemos en diez en la cafetería, muchachos." Ellos asienten, para luego irse, dejándonos solos. "¿Vamos?"
