El pelirrojo se encontraba caminando por aquel bosque que habían muerto cantidades de híbridos presas, buscaba a aquel pato para acabar con su vida.
Era un patito dorado, le iba a dar una fortuna.
Agarró su ballesta apenas escucho una rama romperse, sabía que estaba cerca del aquel híbrido. Sinceramente pensó que aquél patito era ágil y astuto hasta que vió cómo caía de un árbol haciendo que quedará al frente suyo.
— ¡Hola! — El patito movió su colita reconociendo que aquel joven no lo había asesinado a pesar de que era cazador.
El pelirrojo sólo guardo su ballesta, aquel patito le recordaba a alguien.. por eso le costaba acabar con la vida del menor.
— Ven, levántate — Le extendió la mano a aquel híbrido que acepto con gusto sin ningún tipo de miedo.
Qué clase de presa más rara, las presas se distinguían por ser miedosos y escurridizos.
— Me llamó Quackity, ¿Cómo te llamas? — Dijo el pequeño patito sin importarle que en cualquier momento el contrario podía agarrarlo y dispararle con la ballesta.
— Te diré después.. — No quería encariñarse con una presa.. después de lo que pasó, obviamente no iba a querer.
— Oh, bueno, ¿que hacés aquí? Ya no hay presas, solamente depredadores — Mencionó el menor con nervios ya que estaba apunto de morir por un león depredador que lleva día vigilandolo.
— Yo ya me iba.. — habló el mayor para comenzar a retirarse de aquel lugar sin lograr su objetivo dejando al patito solo.
El francés había llegado a su hogar, era tranquilo vivir sólo.. aunque había momentos dónde sí le gustaría tener un compañero.
Su familia lo visitaba los fines de semana pero aún así la soledad puede consumirlo.
Su horario era repetitivo, levantarse, desayunar, ver un rato de internet, cazar, llegar a casa, bañarse y cenar y después a dormir.
En esos momentos sólo iba a cenar hasta que escuchó un estruendo dentro de su casa, rápidamente agarró la escopeta que tenía guardada por si era algún depredador. El sonido venía de su habitación... Era un depredador eso lo tenía seguro.
— ¡Hello my dear friend! — Dijo Quackity ignorando el hecho de que el otro tenía una escopeta.
— Oye tienes una habitación muy bonita, en mi colonia no teníamos camas tan finas — Dijo nuevamente el menor mientras se recostaba en la cama del otro.
Directamente, Shadoune había adoptado a Quackity sin el saberlo.
El pelirrojo no reaccionaba todavía solo veía cómo el híbrido invadido su casa.
— ¡Gracias por la comida rey! — Mencionó el pato comiendo la cena del otro cómo si fuera un niño pequeño.
¿Qué carajos estaba pasando?
— Descansa Quacks.. — Dijo Shadoune cerrando un libro de cuentos infantiles.
Su deseo de tener compañía se había cumplido pero no cómo esperaba.