Único.

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-De nuevo, tarde...

YeonJun suspira, mirando su teléfono. Las nueve en punto se marcan y su corazón se estruja dentro de su pecho mientras sus manos se dirigen hacia su cabeza, se dice a sí mismo que debe calmarse, se siente demasiado estresado e incluso baldado. El trabajo de medio tiempo que consiguió en un centro comercial cerca de ahí no es tan duro como el de SooBin, pero los problemas con los que tiene que cargar apenas llega a su casa son suficiente peso para que su salud se vea afectada.

Desde hace dos meses que SooBin empezó a llegar tarde a la casa que habían comprado juntos hace ocho años, mismo tiempo que llevan de casados. YeonJun cree que tal vez es porque habían empezado a tener un par (tal vez, muchas) peleas justo cuando se dio cuenta de que su pareja ya ni siquiera se tomaba el tiempo de darle un beso de buenas noches al llegar siempre dos horas tardes del trabajo.

Las primeras dos semanas quiso convencerse de que no había un problema mayor, pero cuando SooBin comenzó a llegar mucho más cansado e irritable que otras noches, la mente de YeonJun empezó a volar y las inseguridades que creyó enterradas y olvidadas desde hace mucho tiempo regresaron a ser un cruel acompañante durante las noches de insomnio. La desconfianza se coló por las grietas de su relación con tanta facilidad que ahora YeonJun no sabe qué más hacer para arreglar la situación. Las ganas de romper a llorar como un niño pequeño buscando consuelo son mucho más grandes que la determinación que comienza a quebrarse en él, al igual que su corazón.

Todo estaba bien antes de su octavo aniversario, antes de que YeonJun mencionara que quería poder adoptar a una bonita nena para darle felicidad, al menos, a una de todas esas fuertes personitas que buscaban amor fraternal. Justo ahora YeonJun se lamenta por haber revelado eso; nunca lo habían hablado antes, así que muy probablemente asustó a SooBin. Quizá, sus objetivos dentro de su relación no son los mismos y las razones para quedarse junto a YeonJun se han acabado poco a poco; mencionar el hecho de que quería ser padre seguramente logró hacer que SooBin se decida por terminar su relación.

Cuando YeonJun se sumerge sin remedio en la turbulencia de sus pensamientos, como ahora, piensa que, al menos, le gustaría que SooBin fuese un poco menos cobarde y afronte de manera madura el hecho de que su relación está llegando a su fin, y casi lo odia por optar por el camino fácil y refugiarse en los brazos de otra persona después de la decepción de una pelea más; sin embargo, no puede culparlo. Él mismo no es lo suficientemente valiente para enfrentar el problema directamente sin sentir que todo debajo de sus pies se derrumba.

«Él ya no quiere una vida conmigo».

«Se aburrirá de mí en algún momento».

«Me está engañando».

«Ya no me ama».

YeonJun parpadea rápido para ahuyentar las lágrimas de sus ojos. En su pecho se clavan dagas prendidas en fuego que queman su corazón, pero se esmera en ignorarlas; no puede permitirse llorar ahora, no cuando está oyendo la puerta principal ser abierta por fin.

El suspiro cansino de SooBin es perfectamente audible para YeonJun, quien se sienta correctamente en el sofá en un santiamén y se gira para verlo cuando llega a la sala de estar. Traga grueso. De pronto, se siente muy nervioso.

-Buenas noches, SooBin -tartamudea, odiando la debilidad delatora de su voz.

-Hola -responde sin más. No le regala ni siquiera una mirada mientras se encamina hacia las escaleras a paso perezoso.

YeonJun muerde su labio inferior para que el temblor de este no sea notorio, aunque no es necesario; SooBin no le está prestando atención.

Negándose a dejar de buscar una oportunidad para hablar con él, se apresura a subir las escaleras también. Lo alcanza en la habitación que comparten, viendo cómo quita su corbata con evidente hartazgo.

I Need You | SooJunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora