Cigarrillos ━━Carlisle Cullen.

Capítulo 2.

|Cigarrillos|

CAPÍTULO 2

❝Bella es una niña tan linda.❞

Isabella abrazó a su tía, emocionada. El regalo que le había comprado, era bonito. Ni sus padres sabían de sus intereses, pero su tía había dado en el clavo.

── Qué bueno que te gustó ──besó su mejilla.

La mujer se había pasado el resto de lo que quedaba del día, pensando en algún presente que fuera del agrado de su sobrina, y chequeando sms del chat con el sheriff Swan de hace años para averiguar los gustos de Bella.

No obstante, vaya la sorpresa que se llevó al reconocer que ambas tenían pasatiempos en común. Así que, no deparó por más y terminó yendo a la librería más cercana para comprarle uno de esos libros tan clásicos del romance que le hacían suspirar de amor, y subrayar las frases y guiones que habían hecho efecto en su corazón desde que era una adolescente.

── Eres la mejor ──murmuró.

Charlie ocultó su sonrisa con una mano. La escena era digna de una fotografía, pero prefería solo capturarlo en su memoria.

── También te compré aparte algunos resaltadores y unas pegatinas ──agregó──. Podéis irlos a buscar en mi bolsa cuándo quieras ──posó sus orbes en los del uniformado──, y no creas que me olvidé de ti, Charlie ──jugó con sus cejas.

── Betty... No era necesario ──dijo incómodo.

── Pavadas.

── Lenguaje ──la regañó.

── Lenguiji ──lo arremedó.

Isabella rió.

── Ya, hermano. No seas quisquilloso ──se alejó para agarrar la caja que estaba por sus maletas, y se la entregó al hombre que la aceptó dudoso──. Cuándo lo vi, me acordé de ti. Espero te guste.

Charlie agitó el cubo.

── Hey! Cuidado. Tu regalo me costó un ojo de la cara ──dramatizó.

El morocho deshizo el moño, y abrió con cuidado para después sacar una mini cajita musical de porcelana con su nombre grabado y una frase que inconscientemente hizo que curvara una genuina mueca. Típico de él.

── Sé que no se compara con la esfera de cristal que tenías. Y que yo destruí. Pero, está es mi disculpa. Perdóname por ser tan juguetona, y haber agarrado lo que no es mío.

Charlie acompañó a su hermana a su antigua habitación. Las cortinas color rosa, la cama de una plaza y los juguetes perfectamente ordenados en el anaquel, seguían en su mismo sitio.

── Mamá prefirió dejarlo así ──habló al visualizar la expresión de la chica.

── Claro.

── Es en serio, ella prohibió la entrada. Mamá siempre esperó por ti ──acomodó su equipaje en una esquina.

── Claro ──tragó duro──. Quizá deba remodelarlo ──comentó sofocada. Hablar de su progenitora no le resultaba ameno.

── Sí, has lo que tú creas conveniente. En el baño hay toallas, cepillo de dientes nuevo y shampoo con aroma a manzanilla y miel.

Arleth se recostó en el colchón. Tosió cuándo el polvo se levantó.

── Ehm... ──rascó su cabello── Como no me habías dicho con tiempo de tu viaje hacia acá. Isabella y yo solo pudimos limpiar lo más-

── Está bien ──colocó la manga de su abrigo en los labios──. Gracias por arreglarlo. Bella es una niña tan linda. Tienes suerte.

── Lo sé ──sonrió.