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De pie junto a su novia, el rizado miraba el tarro lleno de dulces de diversos colores y formas. El dueño del puesto de dulces los veía ansioso, pues Jungkook y Sana ya llevaban más de diez minutos viendo los dulces y no daban señales de querer comprar.

La bulla de la gente en el mercado causaba que Jungkook volteara a los lados cada dos segundos para ver a las personas comprar verduras o alguno que otro dulce. Los pequeños niños corrían empujando a los adultos para abrirse paso. Un grupo de personas estaban amontonadas en una esquina montando una rueda con caballitos, la feria del pueblo estaba dando inicio y todos parecían emocionados.

Era una perfecta mañana de verano, más calurosa de lo normal. El viento frío soplaba causándole leves espasmos a Jungkook por todo el cuerpo que disfrutaba.

Sana lo había llevado al pueblo esa mañana para comprar los dulces favoritos de su madre, la pelirubia había dicho que quería llevarle un regalo a Hyeon Jin. A Jungkook le pareció una gran idea así que se ofreció a llevarla al pueblo, al principio Sana se había negado, luego aceptó gustosa.

-¿Cuáles te gustan? —le preguntó Sana alzando un poco la voz.

-Uh. -Jungkook pareció pensarlo un momento antes de señalar los dulces verdes en forma de sombrilla. -Esos. — dijo.

-Dos bolsas de esos, por favor.-le dijo Sana al vendedor. El señor les sonrió satisfecho y le entregó dos pequeñas bolsas de dulces.

Jungkook había estado muy distraído viendo al grupo de personas montar la rueda, y cuando una pequeña niña lo pasó empujando se sobresaltó. Sana rió a su lado y lo tomó de la mano para después comenzar a caminar entre la multitud.

Lograron pasar y salir del mercado, caminaron despacio aún tomados de la mano y llegaron a la calle donde estaba estacionada la furgoneta del rizado. Frente a la calle había una heladería de concepto abierto, Jungkook arrastró a Sana hacía la heladería, el calor estaba siendo insoportable.

El rizado pidió dos conos de wafle con relleno de chocolate y crema de fresa. Se sentaron en las mesas de la calle, la sombrilla los protegían del sol y los mantenía frescos. Los autos transitaban por la calle y las personas regresaban del mercado con las compras.

-¿Te encuentras bien? -le preguntó Jungkook a su novia, la chica había estado muy callada desde que regresó de la ciudad.

-Si. -Sana asintió. - Sólo que estoy preocupada por mi madre. Y estoy muy estresada por tantas cosas.

-Debes relajarte. -la aconsejó. -Los doctores ya confirmaron que Hyeon Jin se pondrá bien. Sólo debemos esperar a que despierte.

-¡Dios! No sólo es eso. -las personas sentadas en las otras mesas volvieron la cabeza hacia la pareja, atraídas por el elevado tono de Sana.

-¿Entonces qué es? -Jungkook siguió hablando con calma. -Puedes contarme lo que te suceda, ¿dónde quedó la confianza?

-Estoy cansada. Es mejor que volvamos. Mañana debo partir a Doncaster. -Sana se levantó un tanto brusca. Jungkook suspiró antes de ponerse en pie e ir a pagar los dos helados. Vio un bote de basura y tiró su helado, ya no deseaba comer nada.

Sana ya había cruzado la calle y estaba subiendo a la furgoneta. Jungkook vio a los lados antes de cruzar la calle y sacar las llaves de su auto, subió al asiento del conductor y vio de reojo a Sana.

-¿Me dirás que sucede? -cuestionó Jungkook sin atreverse a mirar a Sana.

-¡Sólo vámonos Jungkook! -gritó exasperada.

-Como quieras. —murmuró y arrancó el auto. El viento entraba por la ventanilla pegándole junto en su rostro pálido.

Los cinco minutos de camino a la playa la pasaron en silencio, ambos iban absortos en sus pensamientos. Al llegar tampoco compartieron palabras, fue cuando bajaron del auto y Jungkook vio las dos motos estacionadas y supo que Jimin y Namjoon habían llegado.

Los vio sentados en el porche fumando. Sana le sonrió a Jungkook y lo tomó de la mano entrelazando sus dedos. Juntos caminaron sin prisas y subieron las gradas, Jungkook vio a Namjoon y luego corrió su mirada a Jimin. Los dos chicos los ignoraron por completo.

Al entrar, se encontraron a Kai sentado en un sofá leyendo. Jungkook evitó rodar los ojos y siguió a Sana al sofá, se sentaron frente al pelinegro.

-Jungkook. -dijo Kai viéndolo fijamente. -Hace tiempo que no veía tu fea cara. — sonrió fingiendo ternura.

-¡Kai! -lo riñó Sana. Jungkook no dijo nada, no le importaba, estaba tan harto del pelinegro, así que sólo lo ignoró.

Los tres pares de ojos fueron a parar en la puerta cuando ésta se abrió, Jimin y Namjoon entraron con una sonrisa que se borró al ver a los tres chicos sentados en los sofás.

-Pero si es Sana. -Jimin se acercó con arrogancia, su mirada se clavó en Jungkook y sonrió apenas. -Y Catherine Elizabeth. Nam ve, la teñida a regresado.

-¿Qué te pasa, idiota? -Kai saltó a defender a su amiga.

-¡Oh! -Jimin fingió sorpresa. -También está el idiota de su amigo. Por cierto. ¿Quién los invitó? -su mirada pasaba de Kai a Sana.

-Eres un imbécil. -dijo Sana. -¡Dios!

-¿No trajiste a tu novia? -se burló. - ¿Dónde la dejaste? -se fijó en Namjoon y rió con ganas. -No me digas que tú y él son novios. ¡Que asco! -y volvió a reír.

Jungkook se quedó congelado. ¿Los estaba insultando por su sexualidad? Qué más daba si eran novios o no. El pecho de Jungkook se calentó de enfado. Sana sabía perfectamente que Jihyoo era lesbiana y aún así se atrevió a insultarlos, y así se atrevió a demostrar su homofobia. También fue un insulto para Jungkook.

-Sana. -habló Jungkook entre dientes. - Cállate.

-¡Enserio Jungkook! —la pelirubia lo vio con diversión. - ¡Dime que no te da risa verlos!

-¿Cuál es tu problema? -Namjoon intervino.

-Ustedes. -los señaló. Eso bastó para que Jungkook se levantara del sofá y subiera las escaleras. Escuchó a Sana llamarlo pero no se detuvo, entró a su habitación y cerró la puerta. Salió al balcón, se sentía sofocado y muy enojado.

Pronto escuchó la voz de Sana llamarlo desde la habitación.

-¡Jungkook! -la chica salió al balcón. -¿Qué te sucede?

-¡¿Qué me sucede?! ¡¡Primero me invitas a pasar las vacaciones contigo y cuando vengo me ignoras por estar con el pelinegro!! -grita.- ¡¡Segundo, me dejas aquí por ir con tu madre y cuándo me ofrezco a acompañarte te niegas. Pero llevas a Kai!! ¡¡Y tercero, insultas a esos chicos con tu homofobia sabiendo que mi hermana es lesbiana!! -eso es todo, Jungkook había explotado. Su ceño fruncido y su mirada asesina podían intimidar a cualquiera.

-Yo...-balbuceó Sana. -Lo siento, sólo estaba bromeando con los chicos.

-¡Claro! Que manera de bromear. -dijo con sarcasmo pasándose una mano por su cabello. -He tenido suficiente. Suficiente Sana. Me voy.

-¿Qué? No te puedes ir. Volveré la siguiente semana y podremos estar juntos.

-No voy a quedarme.

-Jungkook por favor. Entiende que a sido difícil para mi. Mi familia te adora, no te puedes ir así como así. Me harán un montón de preguntas.

-¡Entonces puedes decirles la razón por la que me voy!

-Jungkook.

-¡No Sana!

-¡Dije que no te irás! -grita. —¡Te necesito! Jungkook. La estoy pasando mal. -las lágrimas no tardaron en escapar de los ojos de Sana. Jungkook se sintió culpable por armar tremendo escándalo, suspiró y se acercó a Sana.

-Lo siento. -murmuró abrazándola.

-No te vayas. Prometo regresar. -murmuró contra su pecho.

-No me iré. -Jungkook la pegó más contra su pecho y depositó un beso en su frente.

Mierda, seguía atándose en vez de cortar las sogas que lo amarraban.








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Me enoja muchísimo la actitud de sana la verdad

ⓒ ByliliB

Colapso - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora