gimió por la brusquedad, pero también acelero. Se sentía también. Las penetraciones eran rápidas y poderosas. Pronto ambos llegaron a su clímax.
"¡Aaaaah!" Kushina gimió a los cuatro vientos mientras Genno eyaculaba adentro de ella, en el condón que usaba. Fue una lástima que su esencia no llenara el coño. Kushina se sentó sobre sus talones, agarro el condón, se voltio con una expresión picara en la cara antes de mostrarle a Genno como vertía el condón en su boca, tragando todo el semen del preservativo, hasta la última gota. Después, saco una caja de condones del cajón de una cómoda.
"Solo estamos comenzando, Genno-sama." Dijo Kushina antes de agarrar la polla y ponerle otro condón con su boca.
"Acuéstate. Esta vez quiero ver tu cara mientras que te corres." Dijo Genno.
El tibio y sudoroso cuerpo de Kushina se acostó en la cama, con las piernas abiertas. Genno se acostó sobre ella antes de meter la cabeza de su órgano largo y duro. Después de que el resto se deslizo dentro, empezaron las embestidas que araban su matriz. Las estocabas eran rítmicas, pero también fuertes y potentes. Kushina gimió del placer y se contrajo mientras miraba a su armario en donde salía el punto rojo parparíante de una cámara.
Genno agarro su cuello, sujetándola con firmeza, arcándola un poco. Kushina gimió más, a su parte masoquista le encantaba. La otra mano fue hacia abajo para arrancarle el sujetador, manoseo sus pechos firmes y tersos y retorciendo sus pezones.
"Me encantan tus tetas. Casi siento envidia de tu esposo." Genno chupo y succiono uno de los senos, pasando su lengua por el pezón.
"¡Aaah!" Kushina gimió antes de abrasar las caderas del viejo con sus piernas envueltas en mayas. Cada vez que la penetraba, cada vez que tocaba sus pechos sentía una descarga eléctrica de placer. Muy pronto las descargas crecieron fuera de control hasta que los dos terminaron viniéndose. Aun con el condón, pudo sentir la carga espesa y abundante que se disparaba adentro de ella.
Ambos respiraban pesadamente. Sin embargo, aún estaban lejos de terminar. La esposa infiel y el nuevo amante seguirían en su danza pecaminosa: Genno follaría la boca, los pechos; y soltaría sus cargas dentro y sobre ellos. También follaria cada centímetro de su coño minuciosamente durante horas hasta acabar con la caja de condones.
Por su lado, Kushina, como un ritual religioso, bebería el semen de los condones y limpiaría la polla con su boca antes de ponerle otro condón. Actúa como una hembra en temporada de selo: solo pensando en follar.
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En una pantalla grande, se vía a Kushina haciendo el 69 con Genno.
"Vaya. Te viste como una perra en celo. Me gusta." Dijo Ayato, quien estaba sentado a al borde de su cama mientras follaba a Kushina.
La pelirroja estaba desnuda y parada a cuatro patas, como una perra. Su única ropa: una correa roja en su cuello que Ayato agarraba firmemente; en la boca tenía un cigarro con el cual echaba humo a la vez que movía su coño sobre la polla de su amante una y otra vez.
Era divertido ver como la esposa del cuarto hokage se degradaba ante el solo por su polla.
Después que se corriera adentro de ella, Kushina dejo caer su cigarro, aun a cuatro patas, dio la vuelta y alzo la cabeza para que Ayato pusiera una pastilla rosa en su hocico que trago en seguida.
"Necesitare beber algo para pasarla" Dijo antes de lamer la polla.
"Vas por buen camino." Un sonriente Ayato acaricio su cabello, "Sigue así, y pronto tomare la virginidad de tu ano."
