O2. ¡Tan gruesa!.

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❝―¿Fue la pubertad, verdad?

―¿Qué cosa, Seungmin?

―Lo que te la puso tan gruesa.

―¡¿Como dices?! Seungmin no entiende por qué Minho tiene la voz gruesa..❞

Historia original: 𝗶𝗺𝗮𝗻𝗶𝗰𝗸𝘆
Minho - top
Seungmin - bottom

✹✹✹

― Ngh... ¡Ah, ah! ¡M-Minhoie, más duro! ―Jisung tenía unas cuerdas vocales asombrosas, se decidió Kim Seungmin esa noche, estando en su recamara intentando componer una canción; estaba resultado muy difícil gracias a los sonidos provenientes de la habitación de Minho. Su rommie y mejor amigo nuevamente había traído a su novio al departamento para follar, lo cual era comprensible, considerando que Jisung vivía con sus dos hermanos mayores. Lógicamente no tendría la privacidad que Minho sí poseía -técnicamente, porque si bien Seungmin estaba en casa no le importaba en lo más mínimo cuántas rondas de sexo se arrojaran esos dos. Lo único que le molestaba era cuando tendían a ser ruidosos, justo como esa noche. Hacían que concentrarse fuera mucho más difícil.

― D-Dios... Jisung, joder.

― ¿Dónde dejé mis audífonos? ―se preguntó a sí mismo, echando una ojeada a la habitación antes de recordar que se los había prestado a Minho la noche pasada. Se puso de pie y se acercó a la pared que daba al otro cuarto, pegando tres golpes a ella para que el imbécil de su amigo lo escuchara―. ¡Minho-hyung! ¿Dónde dejaste mis audífonos?

― ¿Tus audífonos? ―contestó, su voz sonando ronca y agitada. Pasaron diez segundos antes de que volviera a hablar―. Eh... Creo que están aquí en la cama. ¿Quieres que te los devuelva?

Seungmin se asqueó totalmente, terminando por sacudir la cabeza.

― Ew, olvídalo. Puedes quedártelos.

― ¿Algo más, Seung?

― ¿Qué acaso no tienes una jodida almohada para que Jisung muerda?

― ¡Las almohadas las tengo en otro lugar, Hyung! ¡Lo siento! ―dijo Jisung esta vez, y Seungmin podía hacerse una idea de en dónde estaban las almohadas.

― Hasta aquí mi reporte. Prosigan.

Los escuchó reírse antes de que la cama volviera a chocar contra la pared, pero pudo notar cómo intentaban ser un poco más silenciosos. Aunque no lo lograban del todo, lo apreció. Aunque claro, no pudo terminar la canción con un mueble rechinando al fondo.

― Adiós, Seungmin-hyung ―Jisung se despidió en la puerta, a punto de salir.

Seungmin, desde el sillón, alzó su lata de cerveza en modo de despedida, escuchando la puerta cerrarse después. Casi al instante Minho se lanzó a su lado, sudado y sin camisa, exudando un increíble olor a sexo.

― Ugh, ¿No vas a ducharte? ―preguntó Seungmin con desagrado.

― Nah, en un rato ―respondió. Su voz seguía bastante ronca, incluso más de lo normal (y hablando de Minho, eso era mucho decir)―. Tengo hambre.

― Pues ve y cocina.

― Yo lo decía para que pidiéramos pizza o algo ―bufó, tomando el control para cambiar el programa de variedades que Seungmin estaba viendo. No le molestó, en realidad lo había puesto porque no tenía nada qué hacer―. ¿No quieres pizza?

― Si tú pagas, sí.

― Tacaño. ¿Dónde está el teléfono?

Seungmin le pasó su celular, y Minho llamó a la pizzería. Esperó pacientemente a que le respondieran.

✧*。red lights ›¡𔘓! knowminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora