4.-CORTESÍA DISPONIBLE.

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—Te contrato...

—Necesito saber, ¿qué es lo que requiere? ¿Cuándo y dónde exactamente? Para poder agendarle. —Habló Taemin con un tono suave. Su voz inspiraba confianza.

—Quiero ir al cine, se trata de una película de culto. No quiero comentarios, y tampoco que comas nada durante la exhibición, me molesta el ruido mientras disfruto de ver la función. Es el miércoles a medianoche, en un club selecto de cinéfilos, solo para miembros.

—Lo tengo. ¿Algo más? —preguntó Taemin.

—¿Cómo qué? —contestó Minho.

—¿Tengo que ir con alguna vestimenta en especial? ¿Será todo? —inquirió Taemin.

—¿Todo? Umm, no sé a qué te refieres con todo... ¿Hablas de tener sexo? —interrogó Minho.

—¡¿Qué?! ¡No... Yo me refiero a que sí después del cine! ¿Necesita ir a caminar? ¿A tomar algo? Esta agencia es seria, no nos prestamos a tener servicios de sexoservidores.

—Quizás solo a caminar, pero un par de calles y en silencio. Nada más.

—¡Perfecto! La tarifa sería de 200 dólares por cuatro horas. Usted paga todos los gastos que se deriven.

—Estoy de acuerdo. —contestó Minho algo ansioso, ya quería dar por terminada la charla, o en cualquier momento se arrepentiría de haber llamado.

—Mande la dirección y todo lo que considere importante por mensaje. Yo le enviaré el número para que realice el pago. Este tiene que estar liquidado una hora antes de la cita. Y si lo desea puede omitir su nombre, no es necesario saberlo, sobre todo porque no charlaremos. ¡Que pase buenas noches, señor!, y gracias por utilizar los servicios de agencia Lee. —La llamada finalizó. Y Minho se sintió patético, ¿cómo es que había caído tan bajo? ¿Contratar a alguien por algo de compañía? ¿Y sobre todo a una persona que estaría sin estar? "¡Vaya Minho, solo esto te faltaba!"

DÍA MIÉRCOLES.

Minho quería que su día de trabajo terminara pronto. Sus pacientes parecían que se habían puesto de acuerdo entre sí para hacerle tantas preguntas como fuera posible sobre sus enfermedades. Todavía faltaba mucho para su salida y ya estaba exhausto. Lo maravilloso es que hoy no le tocaba guardia, por eso es que se podría ir al cine. ¡Eso es!, esa era la razón de su desesperación. Ya quería estar allí, disfrutar de su película. Pero también sabía que íntimamente estaba curioso de su cita con el chico pelirrojo. Solo esperaba no tener que salir huyendo como siempre lo hacía. Bastante caro le estaba costando el desafío, como para echarlo a perder.

La noche era agradable, no hacía frío. El verano estaba siendo empático con su primera cita concertada por él mismo. Y no por amigos entrometidos. Sus ojos se iluminaron, y su corazón golpeteó con insistencia al ver que Taemin se acercaba con cierta cadencia en su cuerpo, se podía ver la felicidad del chico con tan solo caminar. —Eres puntual, eso me agrada. —señaló Minho al tiempo que le extendía el ticket de entrada.

Taemin no habló, solo hizo una leve reverencia. Tomó el boleto y esperó a que Minho entrara primero. Su posición siempre sería dos pasos de distancia, a un lado o hacia atrás según se requiriera, él sabía hacerlo a la perfección. Era todo un profesional.

Los asientos asignados estaban juntos, se sentaron. Y mientras esperaban a que las luces de la sala se apagaran, Minho hizo como que leía algunos mensajes de su celular, y Taemin... él permaneció estático, ni siquiera se molestó en voltear a ningún lado, su mirada estaba de frente a la enorme pantalla. La proyección comenzó y lo primero que apareció fue el título. "El Santo Contra Las Mujeres Vampiro", era una película considerada de culto, y de origen mexicano. Era en blanco y negro.

EL CHICO QUE NO HACÍA NADA. (2MIN)🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora