໒ capítulo uno

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n/a: lamentablemente wattpad eliminó está historia mía hace unos meses y eso me puso algo triste porque en verdad me gustaba mucho, así que tomé la decisión de transcribir, corregir y editarla de nuevo. tiene la misma escencia y trama, sólo habrá algunos cambios menores y la he dividido en capítulos cortos.

espero que la disfruten tanto como yo.

les envío un beso.

azul

୨୧

Harry se lo dijo, él se lo dijo en serio, pero Louis es un alfa terco y obstinado, por más que se lo haya dicho, él solo se hizo el sordo.

No era necesario que Louis se quitará su chaqueta para cubrir los hombros de Harry después de salir de su cita semanal, pero así era Louis; testarudo.

Harry volvió de su trabajo en la guardería de unas calles debajo de su pintoresco apartamento. El frío del exterior lo tenía temblando suavemente, sacudiendo los copos de nieve que acompañan su abrigo largo. La punta de su nariz es de un color rojizo y sus huesos se sienten frío.

Quiere hundir su nariz en el calor de su nido, rodeado de todo ese delicioso olor que solo su alfa dejaban en su interior. El aroma a hogar era lo único que podía pensar cuando describe a Louis. Es delicioso y cómodo para su nariz, una brisa de besos esponjosos y dulces.

Las calcetas afelpadas de un color lavanda contrastan contra la madera oscura del piso y el flojo suéter de lana color algodón que robó del lado del armario de su alfa, con la excusa de que era más pesado para el frío, nunca admitiendo que prefería usar la ropa de Louis solo para olisquear y no extrañarlo demasiado mientras al estar fuera de casa.

El corazón se le hizo pequeñísimo, el latido con sonido tranquilo y el recorrido de electricidad que golpeó hasta la yema de sus dedos. Louis envuelto en una gigantesca manta tejida en trenzas de colores bebé suaves, esa que su hermana mayor les había regalado la navidad pasada. Estaba cubierto de la cabeza a los pies, solo su rostro se podía distinguir fuera de su escondite, las mejillas las tenía coloradas, con los pómulos altos filosos. El brillo de su rostro era diferente y las bolsas negras debajo de sus ojos claros.

Su alrededor era un desastre, dos tazas de porcelana sobre la mesa de café y varias almohadas y cojines que lo cubrían en hileras. Un bote de basura que Harry recordaba haber dejado en el pequeño estudio de Louis y un montón de pañuelos de papel botados por todo el sitio.

Apenas Louis vió a Harry en casa, su labio inferior se expuso en un pronunciado puchero y sorbió su nariz sonoramente.

"Oh, mi alfa", su voz sonó preocupada y melosa, rápido yendo hacia el sofá que descansaba el alfa. Hincándose sobre la alfombra amarilla del salón, con sus manos frías sobre las rodillas del castaño. "¿Qué pasa, Louis?"

Louis sorbió de nuevo, haciendo que su nariz se frunciera adorablemente. El acuoso zafiro de sus pequeños ojos era un golpe fuerte al frágil corazón que Louis tenía.

"No me siento bien, Hazz", respondió, su voz sonaba congestionada, parecía que le costaba hablar, detrás de la aspereza que sufría su garganta.

Harry lo olió desde antes de salir de casa. Louis no parecía dispuesto a salir de las garras de las cobijas de su caliente nido. El alfa estaba más perezoso de lo normal esa mañana y prefirió ir un poco más tarde a su trabajo, finalmente, su jefe era él mismo. Harry le preparó un par de huevos revueltos y un jugo de naranja natural, por las vitaminas, pero Louis dijo que estaba bien, que fuera a trabajar y lo vería más tarde con esa tranquilizadora sonrisa que lo convenció.

"¿Quieres tomar una siesta? Puedo prepararte un poco de sopa más tarde también"

Louis asintió levemente, soltando un suspiro.

"De acuerdo, amor. Vamos al nido."

Harry amaba su nido, era el nido más bonito del mundo entero. Tenía cojines y almohadas esponjosas, eran tan cómodas y las mantas eran suaves, a veces imaginaba que estaba en una gigantesca nube blanca. Olía delicioso, a dientes de león y café, también a coco y a vainilla. Todo tenía la fragancia de Louis y suya combinadas. Harry incluso había robado un par de viejos jerseys y suéteres de Louis para colocarlos en los bordes.

Era su lugar favorito en el mundo y había sido hecho por su persona favorita en el mundo. Louis demoró días en construir el nido perfecto para su pareja. Se había tomado el trabajo muy en serio, meticulosamente preparó ese espacio único y personal para Harry.

Pero lo que aún amaba más Harry, era compartir su nido con Louis, y él sabía que el alfa, igualmente, amaba inmensamente estar en el nido.

Louis estornudo, dando un temblor completo a su cuerpo, mientras caminaban por el pasillo a su habitación. Harry se encargó de sostenerlo, aún cuando Louis era más pesado y fuerte que él.

Apenas la cabeza del alfa se acercó a las almohadas del interior del nido, Louis se hundió en el cojín del lado de Harry, con su nariz sobre el suave material y un quejido lamentable contra su cuerpo adolorido.

Harry se acercó, inclinándose para no golpearse con el techo del nido. Besó su sien, sintiendo el calor sofocante de la acaramelada piel de su alfa.

"Estás ardiendo, cariño", murmuró, acomodando los cojines alrededor del azabache.

Una sonrisa débil, pero aún juguetona se dibujó en sus finos labios. "Lo sé, bebé, pero no es momento para hablar de eso."

Harry negó con la cabeza, riendo bajito por el terrible humor de su pareja. "Eres un idiota."

"Solo tuyo", tarareó con el asomo de la sonrisa débil y sus ojos comenzando a cerrarse contra el sueño repentino por las caricias de su Harry en su mejilla como besos de pétalos.

"Mi alfa", besó la coronilla de Louis. "Mi pobre alfa."

Louis asintió lamentablemente, tan afligido. Era un alfa mimoso, demasiado mimoso. Sus blanquecinos y delgados dedos peinaban los cabellos castaños de la cabellera desordenada del alfa, arrullando tranquilamente.

"Iré a preparar la sopa que prometí. Descansa, mi amor."

Harry se concentró en mimar con roces a su alfa, contemplando la delicadeza de sus facciones y la belleza de su brillo, que ni siquiera se dió cuenta de los suaves resoplidos de la nariz de Louis contra su almohada o el suave ronroneó que su pecho vibra con la armonía que le transmitía.

Se agachó a besar la mejilla hirviendo de su alfa, antes de salir silenciosamente del nido, sacando el celular de su bolsillo para teclear algún té natural que pudiera ayudarle a sentirse mejor.

୨୧

moon kisses ↳ larry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora