໒ capítulo tres

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A la mañana siguiente, Harry cocinaba el desayuno. Su espalda dolió levemente y un poco de sueño lo hacía sentirse liviano. Habían tenido una mala noche, Louis no consiguió una buena posición para dormir y su congestión no bajaba en absoluto. Tuvo un poco de fiebre alta y algunos escalofríos, cuando la luz del amanecer arribó a la habitación y se filtró en el nido, Louis consiguió dormir de nuevo, y Harry decidió dejarlo descansar más.

Cortaba las últimas rodajas de la banana para los panqueques cuando lo vió; Louis de pie bajo el umbral de la cocina. Usaba el gorro tejido gris cubriendo su cabeza y el mismo jersey azul llenó de arrugas. Tenía el rostro de un color amarillento, pero su nariz estaba aún irritada con el color bermellón.

"¡Louis!", pronunció afligido, dejando todo a un lado y apresurándose a llegar al alfa. "Debes estar en cama, Lou. Necesitas descansar", acunó delicadamente su rostro, inmediatamente, Louis se inclinó a su tacto, con un pesado suspiró.

"No estaba en el nido. No me gusta cuando tú no estás", negó con la cabeza, sus palabras tropiezan y son lentas, apenas suaves sonidos. "Aparte, no puedo respirar bien."

Harry acarició su pómulo amorosamente. "Preparé tu desayuno, te hará bien, y también es momento de beber tus medicamentos. ¿Quieres hacerlo?"

Abrió sus ojos y Harry sintió que podría ahogarse en ese mar sin pensarlo dos veces.

"Solo si desayunas conmigo."

Harry sonrió. "Lo haré, amor."

Entonces, Louis asintió, dócil.

El menor lo guío a una de las sillas de la barra, acercando el plato con un par de panqueques decorados con maple de arce, moras azules y rodajas de banana. También el par de pastillas blancas y el té que humeaba con demasiada miel.

Antes de que Harry caminará a su lugar, Louis lo detuvo de las caderas, llevándolo hacia atrás y sorprendiendo a Harry, que emitió un pequeño sonido sorprendido. Louis lo sentó en su regazo, olfateando su cuello desde la nuca. La corriente de electricidad recorrió el cuerpo completo del rizado.

Tomaron el desayuno con una baja charla y pequeñas muestras de afecto que derretían el corazón de cualquiera. Harry se encargó de que el plato de Louis terminará vacío, pues creía que con el estómago llenó se sentiría un poco mejor y con mayor energía.

Aunque Louis no dudará de las habilidades en la cocina de su omega, la comida tenía poco sabor y era pesada de tragar por su adolorida garganta y el poco tacto de sus papilas gustativas, pero amaba ver la sonrisa orgullosa de Harry y le había prometido un baño caliente juntos cuando se terminará todo el desayuno.

Louis haría lo que fuera por un baño caliente con su omega.

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moon kisses ↳ larry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora