Capítulo 0

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Narra Autora

Nikola Tesla no sabía porque sus padres decidieron encerrarlo en ese lugar, él simplemente quería hacer ciencia, no le gustaba conformarse con explicaciones mágicas, buscaba la verdadera razón que producía los eventos; le gustaba conocer, no creer.

Pero la gente teme a lo que no comprende, su pequeña aldea llena de personas sencillas que vivían de la agricultura y la ganadería sin preocuparse por ver más allá no comprendían por qué para él no era suficiente con saber que los dioses ponían las cosas a disposición de los humanos para que estos vivieran, ya que para ellos la vida solo se trataba de eso: seguir un curso, un ciclo que un ser superior dictó; para estas personas era una ofensa que Nikola se atreviese a cuestionar el poder de las deidades que protegían la zona; era como si ambas partes hablasen idiomas distintos, para el joven castaño los fenómenos no salían de la nada, tenían un método, se transformaban a partir de ciertas circunstancias o condiciones, las mismas que él estudiaba para comprender; pero cuando trataba de explicárselo a algún interesado del lugar malinterpretaban sus ideas diciendo que Nikola creía que estaban ahí por qué si y nadie tenía que ver, ni siquiera los dioses.
Por otro lado, él no entendía por qué era tan difícil comprender lo que proponía y la razón que hacía más fácil para el pueblo simplemente confiar en la magia de seres que jamás en su vida habían visto.

Para la gente del lugar Nikola era extraño, hablaba sinsentidos, los jóvenes que se le acercaban pronto se alejaban tachándolo de "extraño", estaba siendo aislado y pronto sus padres se preocuparon por su hijo, este no empleaba su horario libre en cosas de un chico de catorce años, en lugar de eso estaba todo el tiempo metido en su taller haciendo lo que consideraban, una completa pérdida de tiempo.

Es por esta razón que decidieron involucrarlo con la comunidad, acercarlo a la religión; decidieron que ingresara a la congregación abierta de seis meses de uno de los dioses más conocidos del pueblo, dicha casa religiosa era conducida por Belzebub, un sacerdote de 23 años que se había ganado la confianza del fundador de aquella institución rural ascendiendo rápidamente a líder encargado, aquel sitio fue creado no solamente para formar discípulos que sirvieran a la fe, sino también para enseñarles a las ovejas descarriadas el camino a la luz verdadera.

Sus progenitores pensaron que era la mejor opción puesto que su hijo se entendería mejor con alguien que fuese contemporáneo y no con un adulto de edad avanzada que solo sería demasiado estricto, seguramente haciendolo odiar sus creencias.

Oh~pobres almas tontas, si supieran que no acaban de entregar a su hijo a un ángel iluminador sino a un demonio hambriento que va a destrozar todo de él hasta que no quede nada: ni creencias, ni saber, ni voluntad.

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⏰ Última actualización: May 07, 2023 ⏰

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