DETRÁS DE LA CÁMARA

11 2 1
                                    

Querido diario...

Hoy, día 24 de octubre de 2010, me ha ocurrido algo muy, pero que muy extraño. 

Como siempre, subasté unas cosas que ya no necesitaba de las cuáles gane un buen dinero, pero algo me llamó la atencion de los demás subastantes. Era una caja, exactamente un pequeño baúl de madera medio pasada por el tiempo, y un fuerte y rocoso candado que hacía inútil el intento de abrirlo. 

Yo, curioso de mí, agarré el baúl. Pagué unos cien dólares por él, según el dueño en su interior aguardaba un "gran misterio" era muy complicado abrir aquella cerradura gruesa de metal. Aquello llamó más mi atención, así que decidí llevármelo. 

Se lo llevé a un viejo amigo mío el cuál se alegro de verme. él es cerrajero, pero ni él pudo con aquel hierro, así que le ayudé a reventarlo con unas grandes tenazas que él tenía. Llegué a mi casa, con los nervios acumulados como aire en mi estómago, y apenas podía respirar con serenidad... los minutos conduciéndo hasta mi piso se me hicieron eternos. 

Lo cargué con determinación y lo llevé hasta mi respectivo hogar. una vez dentro, mis ojos se quedaron perplejos con aquel interior. Todo su interior se resumía en una palabra: cintas. Pero no cintas normales, eran cintas VHS, algo antiguas y llenas de polvo. Eran ladrillos, comparado con los cd's de ahora. Aún así, yo tenía un viejo lector de VHS, así que no dudé en absoluto para llevarlo a una tienda a que me las colorizaran, y aunque costaron una pasta increíble colorizar cada una de ellas, solo por sus nombres sabía que merecían la pena. 

Y ahora sí, después de esta larga introducción, vayamos con lo importante. 

Muchas de esas cintas estaban dañadas según me dijo el dueño de la tienda, pero habían cinco que se pudieron recuperar de la veintena que había dentro del baúl. Aún así, mis nervios no aguantaban más y decidí quedarme con aquellas cinco. La primera, fue bastante rápida, pero me dejó helado y  me arrebató los nervios de un soplido, convirtiéndolo en miedo: en ella, se apreciaba el interior de una casa iluminada de luces navideñas y otros decorados típicos de las fechas. Pero algo raro pasaba, eran cuarenta segundos en los cuáles se escuchaban risas, cantos... pero en el salón no había absolutamente nadie. Es más, me arresgaría a decir que en toda la casa, no había absolutamente nadie... solo, un sujeto: el que sostenía la cámara, que tan solo se limitaba a pasear lentamente por los interiores de la casa. 

Aquello fue impactante, pero, la segunda fue todavía peor. Era una especie de filmación ensallada, como si estuviera guionizada... sí, totalmente. en ella, aparecía una joven de unos veinte años y el de la cámara la perseguía por sus espaldas. otros cuarenta segundos que se volvieron como cinco largos y duraderos minutos. ¿Que por qué parecía guionizado? Bueno, la chica se dió la vuelta, y cuándo le vió grabándola, se limitó a andar más rápido. Después de cinco segundos la grabación se cortó. ahora bien, el rostro de la chica me sonó... mucho, tanto que pensé en un recuerdo que llegó rápidamente a mi mente. Hacía unos años, hubo un caso muy, pero muy controversial, acerca de una joven desaparecida ya hacía unos años. Y... en el cuerpo de la noticia electrónica, que encontré nuevamente a través de Internet, aparecía una foto, y era el mismo rostro. Las mismas facciones, o más bien bastante parecidas. Mi cuerpo pegó un bote, y retrocedí la cinta... comparé, y, efectivamente, era la misma joven. 

Guau, mi corazón empezó a latir más fuerte, y mis brazos empezaron a sentir un notable tembleque. pero, mi curiosidad fue a mayores e introduje la siguiente cinta. Esta vez, sentía miedo, ya no era tan cómodo como al principio... mi sistema nervioso estaba en alerta, sentía cada vez una presencia más cercana, como si hubiera un fantasma melodeando por mi casa. 

La siguiente, exactamente la tercera del montón, fue la gota que colmó el vaso. El tipo empezó a hablar a la camara unas palabras que no entendí del todo bien, y apuntaba hacia un largo y grande edificio, como si fuera el de una gran oficina. Se guardó la cámara en el bolsillo interno de la chaqueta, y entro dentro. Tampoco entendí muy bien los diálogos, pero, hubo una frase que me heló la sangre... me dejó totalmente congelado, y fue la siguiente: 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DETRÁS DE LA CÁMARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora