𝑸𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝑼𝒏 𝑷𝒂𝒑𝒂́!

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Miyano aún seguía teniendo la misma pesadilla

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Miyano aún seguía teniendo la misma pesadilla

Caminando por los oscuros pasillos del orfanato, el tapiz de color crema estaba ligeramente roto, las manchas de color gris pintaba gran parte del papel y el suelo de madera color marrón, sus pasos pesados era lo único que escuchaban sus oídos y al final del casi infinito pasillo se encontraba ya sin vida el cuerpo de su pequeña hija

Miyano sabía que era un sueño y que junto a él estaba acostada la pequeña infante de siete años

El joven de 24 era padre soltero, criaba a una linda niña de cabellos azabache y ojos marrones oscuros, su sonrisa era lo más bello que Yoshikazu había visto en el mundo

Su mundo era su pequeña Kyoko Miyano

-Appa -una pequeñita y dulce voz despertó al joven de cabellos negros, sus ojos amarillos viajaron de la sketchbook¹ a la pequeña figura que se asomaba bajo su escritorio, el joven sonrió aún con su rostro cansado y adormilado cargando el pequeño cuerpo de la niña a su regazo

-Papá usted sabe que no es bueno dormir en su escritorio -regañó la niña acomodando el cabello de Miyano el cual estaba desordenado

-A si? Y tu como sabes eso? -preguntó el adulto recargado en el respaldo de su silla con una sonrisa amigable

-El tio Hii-chan siempre le regaña cuando lo encuentra durmiendo sentado -explicó la infante con una sonrisa astuta, la pequeña era bastante inteligente ante la vista de Yoshikazu

-Bueno prometo ya no volver a dormir sentado -comentó el padre de la niña y después se levantó aún con la pequeña en sus brazos

El adulto se dirigió a la cocina - la cual era de estiro occidental - con la menor y después la sentó en su silla, ya había comenzado a usar una simple silla de madera y ya había dejado la silla infantil para niños

"Como pasó el tiempo" comentó el joven de lunar con una pequeña sonrisa en su rostro

Había pasado tiempo desde que dejó su antiguo trabajo en un orfanato, lo había dejado tras un accidente del cual no quería recordar más así que cambió de trabajo rápidamente consiguiendo uno como editor de un escritor de cuentos para niños

Su vida se había vuelto más tranquila desde ese día

-Que quieres almorzar hoy? -preguntó dirigiendo su mirada a la pequeña azabache que se encontraba sentada en el comedor viendo Hamtaro² en la televisión

-Cualquier cosa esta bien, mientras no tenga huevo -comentó distraída la niña viendo fijamente la televisión -luego me duele el estómago si lo como en la mañana

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