-MADRE- BLEACH FANFICTION

Un Enfermo Corazón

Años atrás:

Año 1985; Febrero 25.

En las habitaciones de un hospital en Gales, una pequeña niña de nueve años estaba siendo preparada para una operación que llevó meses y meses de espera, su madre a un lado de la cama enrollaba un rosario en sus dedos, tratando de calmar el nudo creciente en su estómago, en la habitación también se encontraba otra pequeña infante de apenas dos años sentada en un cojín en el suelo.

Era una operación difícil pero el corazón de la pequeña Emerly, ya no podía latir por sí solo y su condición se había empeorado con los años, su corazón estaba del doble del tamaño que debería y esta intervención era necesaria para que pudiera seguir viviendo; se estimaban unas seis horas de cirugía y el riesgo de muerte era inminente, Emerly lo sabía, había escuchado infinidad de veces a su pobre madre llorar en silencio tomando su mano mientras ella se hacía la dormida, pero más que tener miedo, estaba enojada, no quería morir ¡Tenía tanto que hacer aún! Y su hermana todavía no era capaz de decir su nombre, si moría su hermana no la recordaría, si moría no podría jugar más con sus amigos ni ver películas con su mamá, no escucharía esas canciones que tanto le gustaba que su madre le cantara, su estúpido corazón defectuoso la había condenado desde su nacimiento, apretando la mano de su mamá le juró vivir, pero el destino tenía planes diferentes.

La operación había dado inicio hacia unas dos horas, y Emerly mientras todo esto sucedía, soñaba, soñaba con sus canciones favoritas, y las escuchaba mientras bailaba con su amado Howl, su querida Sophie y Cálcifer, las flores parecían bailar con ellos y en las nubes corrían mariposas enormes que al batir su alas le daban viento en su cara. Un flash la despertó y la hizo sentarse en la camilla pero nadie la veía, de pie vio cómo su cuerpo aún estaba con el pecho abierto y de su boca y nariz salían tubos, vio la máquina que no emitía más que un pitido inerte y vio la desesperación en las caras de los médicos y enfermeras, se atrevió a sospechar que en la desesperación el médico pediatra y cirujano que la atendía desde bebe, lloraba, y con el desfibrilador trataban de traerla de vuelta.

En la habitación donde su familia esperaba, su madre sintió en su alma algo que la aterró y la puso alerta, a paso rápido fue a la puerta de sala de espera del quirófano, en bien traspasó la puerta, la puerta enfrentada se abría dejando ver al cirujano y pediatra, en cuanto sus ojos se unieron, ella lo supo y en un grito doloroso se desmoronó sintiendo su corazón dejarla.

Emerly miraba desde la puerta, y a su lado un magnifico ser también con el corazón a la vista le tendió la mano, pero antes de tomarla pidió despedirse, mientras tanto el medico pudo llevar de vuelta a la madre destrozada a la habitación donde aún estaba la bebé tratando de gatear, Emerly y lo que creyó sería su ángel caminaron tras estos dos hasta la habitación. Al entrar su madre estaba sentada en la cama llorando, caminó hacia ella y con una mano en su hombro susurró a su oído que la amaba, y que la perdone por arrebatarle el corazón, miró a su lado y la bebé extendía los brazos y con ese único diente que tenía sonreía y trataba de alcanzarla, su hermana la veía, al ponerse de cuclillas para saludarla le rogó que fuera valiente no solo por ella sino también por su mamá.

El ángel a su lado esta vez sí tomó su mano, la observaba solemne y preguntó:

— ¿Lista pequeña? Una aventura aguarda—

Emerly sonrió.

Distrito Rukón oeste:

Cuando despertó en la gran puerta no entendió muy bien que pasaba, sólo recordaba su nombre y también recordaba al ser que la acompañó hasta la puerta.

Había mucha gente en la entrada aunque todos igual de confundidos, comenzó a caminar entre la gente y se abrió paso dentro de todos, le dolía el estómago por el hambre que tenía y en cuanto llegó a lo que parecía una choza, aplaudió anunciándose y buscando alguna respuesta, y un viejo que parecía tener cien años de lo arrugado y flaco que estaba apareció por la puerta y se sorprendió un poco dejando ver detrás de sus arrugas unos ojitos negros y pequeños como dos uvas.