Al llegar, se me informó que el mundo humano y el mundo de las almas estaba en guerra con el hueco mundo, que estaba bajo el mando del antiguo capitán del quinto escuadrón Aizen Sosuke, también se me informó de la existencia del segador sustituto y los Ryoka que ayudaban indirectamente al Gotei trece en el mundo humano y mantenían a raya a los huecos y vasto lordes que habían aparecido en este último tiempo;
También se nos facilitaron uniformes de estudiantes no solo a nosotros tres sino que también a los demás tenientes y capitán que había llegado por parte del sexto, noveno y décimo escuadrón. La amenaza debía ser importante porque de ser de otra forma no se abrían mandado a tantos oficiales a vigilar una zona tan reducida.
Todos nos encontrábamos reunidos en la habitación del joven Kurosaki, con nuestros gigai puestos y esperando que se nos hiciera el horario de ir a la "escuela", ultimando detalles sobre donde nos quedaríamos a pasar la noche siendo tantos y sin tener demasiados conocidos en el mundo humano.
Toda la situación se me hacía extraña, en mi anterior vida no había tenido la posibilidad de ir a la escuela, y ahora no solo iría a ese entorno desconocido sino que tendría que conseguir un lugar donde quedarme por este tiempo indefinido, porque si bien podría salir de mi gigai y prescindir del alimento humano, no era lo acordado por mis superiores, ikakku y Yumichika habían dejado claro que viviríamos como humanos este tiempo y saldríamos en la noche a hacer guardias.
Al llegar el horario escolar todos emprendimos camino, mientras que Rangiku con quien no tenía excesiva confianza trataba de desprender mi camisa un poco más ya que la tenía bien abotonada hasta el cuello por más que le dijera que así como estaba me sentía muy cómoda ella seguía insistiendo que me vería "mejor" si la desabotonaba y después de tanto insistir logró desabotonarla, sin embargo se encontró con una blusa cuello tortuga negra debajo que tapaba todo lo que ella quería descubrir, la apariencia de todos nosotros llamaba la atención en los pasillos de la institución, éramos los forasteros y la mayoría de alumnos nos venían raro, al llegar al salón de clases Ichigo ya estaba ahí y nos encontramos con los demás ryoka que se presentaron como Chad, Uryuu quien me parecía extremadamente familiar, y Orihime quien supuestamente le brindaría alojamiento a Rangiku y el Capitán Hitsugaya.
El tiempo trascurrido en esa institución fue extraño, todo era bullicio y estaba lleno de adolescentes todos uniformados, todos nos mirábamos fuera de lugar, para mí era extraño y calculé que para los demás también lo era, no había tenido la oportunidad de experimentar una adolescencia normal, al contrario, la adolescencia que pase, la pase en mi forma celestial, peleando para ganarme el pan, y de barrio en barrio, y estos chicos a mi alrededor...se veían despreocupados por su vida, seguramente su madre los esperaba en casa luego de la escuela con la cena lista, y sus hermanos estarían jugando en la sala o haciendo tarea, o tal vez teniendo un trabajo... luego de mucho tiempo pensé que tal vez... esa era la vida que mi hermana Nina estaría viviendo, o tal vez sus hijos lo estuvieran viviendo, había pasado tanto tiempo desprendida del mundo real, que había perdido total noción del tiempo que había pasado desde mi muerte, ¿Qué habría pasado con mamá? apenas recordaba su rostro; no sé exactamente cuánto tiempo estuve enfrascada en mi propia cabeza, un sacudón repentino de Yumichika me hizo volver y al mirarlos, a él y a Ikkaku vi extrañeza y preocupación:
— ¿Te encuentras bien Nina?...parece que en cualquier momento llorarás...—
— Si, si me siento bien, solo no estaba prestando atención, perdonen, oigan chicos... ¿en que año nos encontramos?—preguntando entre los Ryoka me enteré de que actualmente estábamos en el año 2001, a mediados de curso, a cuentas rápidas estábamos a dieciséis años de mi muerte, y mi hermana menor debería tener unos diecisiete, dieciocho años actualmente, y mamá tal vez unos cuarenta y dos años...no pude prestar atención a las clases ni a lo que los humanos hablaban, apenas podía salir de mi propia cabeza imaginando poder verlas de nuevo, ahora que estaba en la tierra si bien tenía una misión, la sola idea de verlas de nuevo hacia vibrar mi espíritu, y de eso se percataban mis compañeros y colegas quienes volteaban a observarme preocupados.
Ya saliendo de la llamada "escuela", tanto Yumichika como Ikkaku me arrastraron a un callejón a preguntarme que ¿qué carajos me pasaba?,
— Tienes que controlarte, tu Reishi esta fluctuando demasiado, estas liberando demasiada energía y ni siquiera pareces notarlo, algo perturba tu cabeza, ¿recordaste algo o algo te asusta de este mundo?—Yumichika estaba realmente preocupado por mi situación, y tanto el como el calvo a mi lado trataban de ayudar en algo que en realidad no podían controlar— somos tus compañeros, es en nosotros en quien más debes confiar en estos momentos, estamos en una misión peligrosa y si hay algo que sientas mal, tienes que decírnoslo, ¿Es la primera vez que vienes al mundo humano?—
— Es la primera vez desde que morí que estoy aquí, hace dieciocho años más o menos que morí, y recuerdo a mi familia y es extraño... no puedo sacarlo de mi cabeza, mi hermana menor debe tener unos dieciocho años, y mamá tal vez unos cuarenta...no se supone que deba recordar todo esto, ninguno de ustedes recuerda sus vidas vivas......pero jamás lo olvidé, recuerdo toda mi vida anterior a mi muerte y recuerdo a mi familia y podría encontrarlos en este mundo...podría ver mi propia tumba y ver que sus vidas han seguido correctamente y han formado nuevos lazos y han crecido, Sin mi...no me estoy sintiendo muy bien— las ojeras de su compañera se estaban marcando un poco más de lo normal por la anormalidad con la que estaba fluctuando su energía.
Asombrados y sin saber que responder el silencio se cernió sobre los tres miembros del escuadrón once, ninguno de los dos esperaban ese tipo de situación, ninguno de los dos jamás habían recordado una sola parte de su vida en el mundo de los vivos, ambos habían pasado suficiente tiempo muertos como para recordar siquiera que alguna vez fueron mortales, su compañera era fuerte, condenadamente fuerte digna de su escuadrón y su puesto, pero no dejaba de ser casi un recién nacido, con la rareza añadida de recordar, con todo el peso que implica tener memoria de lo perdido.
La bestia que era su única compañera mujer, quien era tan dura y tosca como una roca, imperturbable, ahora temblaba y su reishi se tambaleaba por el peso del recuerdo aún vivo.
— Bueno esto tendremos que solucionarlo pronto...te necesitamos entera aquí, le preguntaremos a Urahara cuál es la mejor opción para que puedas seguir adelante... en realidad parece un caso raro...nosotros los que vivimos en la sociedad de almas nadie es capaz de recordar su vida pasada, todo eso se borra con el Entierro del Alma...justamente para que no suframos esto que te pasa a ti... debes ser un caso especial, de cualquier manera te ayudaremos...—Ikkaku a su manera, con su rudeza y poco tacto, trató de alentar a su nueva amiga.
Y así lo hicieron, los tres hablaron con Urahara quien les sugirió dos opciones, ninguna de las dos era agradable, pero eran las posibles salidas para que la inestabilidad espiritual de Nina se detuviera y pudiera volver a ser ella misma.
1- Borrarle la memoria
2- Satisfacer su necesidad espiritual para sanar las heridas del recuerdo
Ninguna de las dos opciones eran agradables, en principio porque toda la esencia de Nina rondaba junto a su zampakuto, al recuerdo de quien era, la memoria de su vida la hacía vivir con más ganas esta nueva oportunidad que se le había otorgado, su mismo zampakuto estaba férreamente ligada a su alma desde mucho antes de morir, y si olvidaba, también se le olvidaría su razón y propósito, Nina no podía olvidar.
La segunda opción sin duda era la más dolorosa, viajar momentáneamente a Gales a encontrar su tumba y su familia para finalmente seguir adelante, lamentablemente la mejor opción era esta segunda, pero tanto Ikkaku como Yumichika le aseguraron, que no tenía que hacerlo sola, ellos la acompañarían a su hogar, después de todo ellos eran del mismo escuadrón y no se abandonaban entre ellos.
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-MADRE- BLEACH FANFICTION
FanfictionEmerly Hazard es una pequeña infante galesa que deberá morir, para trascender y poder lograr todo lo que su enfermo corazón anhela, para volverse fuerte y que su corazón arda en vida, junto a quienes siempre debió estar. Ikkaku Madarame Fan Fiction