Hasta que el Cuerpo Aguante

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En último año se dieron a conocer las estadísticas del alumnado a los capitanes y al mismo alumnado, no fue una sorpresa para Nina quedar entre los diez mejores posicionados, ya que los tres años de escuela, se había matado entrenando post horario escolar y pre horario escolar, su fuerza bruta había incrementado muchísimo y era sin dudas algo que entre los doscientos alumnos que había destacaba, su manejo de armas blancas era inmejorable, fallaba en las técnicas de curación y hakudo, pero en lo que respectaba al accionar de batalla, inteligencia y rapidez era destacable, el tardío despertar de su zampakuto la retrasó hasta tercer año y la obligó a desarrollar otras técnicas, el manejo de armas endurecidas por riatsu le ayudaron mucho.

Y el día de aplicar para el escuadrón deseado llegó, no se podían graduar sino tenían un escuadrón ya asegurado, llenó el formulario y junto a su legajo lo dejó en la mesa de los solicitantes y a paso nervioso se fue a su apartado de habitaciones. No estaba segura si la aceptarían en el onceavo, si fuera solo tema de aptitudes sabía que era perfecta para ese escuadrón, pero aún tenía sus inseguridades respecto a si su género afectaría en la decisión o no.

La aceptaron. Zaraki Kempachi había aceptado y había firmado y al día siguiente a las ocho de la mañana en punto debería presentarse para las pruebas físicas para asignarle un puesto o un número. Sabía que seguramente la haría tener alguna batalla con sus fuertes soldados y le haría desenvainar su espada sin embargo, trataría de no hacerlo y ganar solo con fuerza.

A las cinco de la mañana del día siguiente Nina se encontraba eligiendo el atuendo correcto que cubriera su cicatriz bajo el uniforme, una camiseta cuello tortuga de mangas cortas fue perfecta y encima con el uniforme no quedaba ni rastro de su cicatriz. Ahora el tema era su cabello que era larguísimo pero que se negaba a cortar, lo desenredó y empezó a trenzarlo con el método de trenzado holandés, dos trenzas cosidas y firmemente agarradas en un moño intrincado en su nuca, se sentía fuerte y por más que odiara sus terribles ojeras violáceas debajo de sus ojos, ahora le daban un aspecto más serio y autoritario, documento de validación de nuevo recluta en mano y su zampakuto aferrada a su cintura, caminó firme hacia donde sería su nuevo cuartel.

En cuanto se iba acercando a las oficinas del onceavo el bullicio masculino y gritos de los simios estaban inundando el lugar, tocó la puerta y al escuchar la afirmativa, deslizó la puerta para entrar, y todo quedó en silencio, con la frente alta y mirada lo más apática que pudo miró a su alrededor y todos los hombres en la sala tenían el doble de altura y masa muscular que ella y no es que ella fuera bajita, su metro setenta y cinco lo portaba orgullosa, y con un "buen día" general se encaminó a la oficina principal del capitán Zaraki, escuchando los murmurantes hombres a su espalda. Volvió a tocar la puerta y esta vez se abrió bruscamente dejando ver a la teniente más preciosa de todas, mirándolas con ojitos curiosos y llenándola de preguntas:

— Buenos días Teniente Kuzajishi, soy la nueva recluta, se me citó en este horario— la debilidad que tenía por los niños era ineludible, instantáneamente al hablarle mi voz y toda mi fachada de seriedad se derritió y dejó al descubierto mi ablandada voz.

— ¡Kenny! ¡Ya llegó la chica nueva! ¡es muy alta!— en su cara brillaba una sonrisa que me derritió, una sombra se alzó detrás de ella y al alzar la vista con admiración vi a la bestia del capitán Kempachi, debía medir como dos metros y algo, era imponente, sostuve con solemnidad su mirada y saludé a mi capitán y di entrega de los documentos de ingreso.

En su hombro se posicionó Yachiru, quien sonriente me observaba.

— Bien, Yachiru llévala al campo de entrenamiento, yo llevaré a los combatientes— seguía observándome con seriedad casi burlón, juraría que creé que estoy aterrada y me cagaré en los pantalones pronto, pero lo único que realmente me perturbaba de este hombre es que parecía no pestañear jamás.

-MADRE- BLEACH FANFICTIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora