capítulo uno.

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Y ahí estaba otra vez Kang Taehyun, observando al omega más precioso que hubiera conocido en toda su corta vida. El omega más tierno, noble, dulce y amigable. Ah, Choi Beomgyu era el único nombre que podía estar escrito en el corazón del alfa pelirosa.

Cada mañana, como lo es habitual en la clase, todos permanecían sentados en sus respectivas carpetas, y Taehyun, quien estaba a una distancia lejana del omega pelinegro, solo podía admirarlo y escribir en su pequeño cuaderno todas aquellas palabras que alguna vez desearía decirle en persona, pero no puede. Claro que no puede.

Taehyun tiene muy en cuenta que Beomgyu es sumamente especial y que no hay alfa o beta que no quiera cortejarlo cada vez que tienen la mínima oportunidad de ser vistos por el omega.

Él sólo suspira porque sabe que no hay forma en la que Beomgyu pudiera notar su presencia o quisiera aceptar su propuesta para cortejarlo. Taehyun realmente quisiera hacerlo, pero su timidez va a una medida inevitable que tiene miedo a quedar en ridículo frente a Beomgyu.

¿Cómo podía decírselo sin la necesidad de que su corazón latiera muy rápido, con las mejillas calientes y el tartamudeo en cada palabra fuera de sus labios?

Patético, Taehyun aseguraba que era alguien muy patético a comparación de los demás alfas que no tenían problema alguno en ir y tratar de conquistar a Beomgyu.

Pero él.

Él simplemente se quedaría callado por la bruma de nervios que alteran su corazón, como siempre le sucede cada vez que el omega lo mira por un par de segundos y se queda inmóvil por el aroma tan dulce y cálido que emana su encantadora presencia por donde quiera que vaya.

Beomgyu sonríe justo en ese instante, arrugando su naricita, mostrando sus pequeños dientes, haciendo de sus ojos dos pequeñas líneas y un par de arruguitas a su alrededor. El alfa pelirosa solo puedo sonreír levemente después de verlo, escondiendo de inmediato su rostro entre sus brazos cruzados; porque si el omega está alegre, también lo será profundamente Taehyun y nadie podía cambiar eso.

La campana resuena y todos totalmente aliviados salen de a poco. Resulta que el profesor no había asistido a dictar la clase, pero de igual forma estuvieron encerrados en el salón si no querían que les bajaran puntos en conducta.

Taehyun decidió esperar a que todos salieran, pues no le gustaba ser observado como un objeto de atracción a burlas como la mayoría de veces lo es. Suelta un resoplido cansino al sentirse más seguro y acomoda mejor sus lentes en el puente de su nariz, acomoda sus cosas con paciencia, se coloca la mochila al hombro y lleva en sus pequeñas manos aquel cuadernito con mucho cuidado... Porque siente que es una parte especial de su corazón, ya que ahí tiene escrito todos los sentimientos más lindos y profundos que solo van dirigidos por y para Beomgyu.

Va camino a la cafetería, y por mirar la portada del cuaderno entre sus manitos, no es capaz de reaccionar y siente como es llevado ligeramente hacia atrás gracias a un fuerte empujón.

— Cuidado alfa con complejo de omega, ¿Acaso esas botellas que te sirven como lentes no te sirven? — una potente voz llena de enojo y burla suena, agobiándolo.

— Yo, uh, lo siento. No, no pude darme cuenta. — titubea Taehyun sin ser capaz de decir algo más.

El alfa más alto frente a él sonríe con sorna y le da un sorbo a su vaso lleno de café.

— Como siempre estúpido, pero no importa. ¿Qué llevas ahí? Siempre noto que escribes y lo miras como si tuviera vida propia. Dios, sí que eres extraño.

— No, n-nada importante, es de mis tareas. — se excusa con miedo a ser descubierto e intenta huir.

— ¡Hey, no seas cobarde! ¿Estás seguro de ser alfa? — el chico rubio se impone ante él e intenta arrebatarle el cuaderno.

shy alpha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora