capítulo tres.

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— Es mejor que volvamos, no podemos perder clases. — comentó Beomgyu mientras sentía como el alfa lo apegaba más a él, tomándolo de la cintura.

— No quiero ir~ solo quiero estar contigo. — murmuró haciendo que su labio inferior sobresaliera.

El omega sonrió enternecido y sostuvo el rostro de Taehyun entre sus manos para darle un efímero besito en los labios.— Yo tampoco quiero separarme de ti, pero tenemos deberes y uno de ellos es estudiar. Vamos mi adorable alfa, son las últimas horas, después podemos ir por algún lado a caminar.

— ¡Yo invito! — habló con rapidez y mucha emoción anticipada, envolviendo el corazón del pelinegro con mucha ternura. — Déjame invitarte hoy, Beommie.

— Por supuesto que sí, pero ahora vamos. — susurró para luego corresponder el suave beso que el alfa le propinó.Ambos entrelazaron sus manos y totalmente rodeados por la calidez pura del amor recíproco y genuino que florecía entre ellos, se dispusieron a caminar hacia su respectivo salón.

— Pero... ¿Pero y si se burlan? Yo, uh..., yo no quiero escucharlos. — dijo Taehyun algo decaído mientras caminaban. — Ellos, ellos escucharon todo lo que yo quería decirte personalmente algún día... Lo arruinaron por completo, omega. — confesó con total pena y un suave rubor colorear sus mejillas.

Beomgyu le dio un leve apretón a las manos juntas y cuando la mirada de Taehyun fue dirigida a él, solamente le sonrió de manera amplia. Mostrando sus rosadas encías y aquellos pequeños y adorables dientes blancos.— Tranquilo, simplemente no le hagas caso. Ignóralos. — detuvo sus movimientos antes de cruzar la puerta del salón y se puso frente al pelirosa. — Lamento lo que esos brutos alfas te hicieron y el mal momento por el que pasaste. — comentó con sinceridad. — Pero, si lo analizamos bien — una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro. —, gracias a ese pequeño cuaderno las cosas pasaron y ahora estamos juntos.

La suave voz y aquella preciosa sonrisa de Beomgyu, hizo que se dispersara la tristeza del alfa y en su cambio unas grandes ganas de abrazar y mimar al omega lo inundara por completo.— Tienes razón.

— Algunas cosas están destinadas a pasar sin ser esperadas, es un hallazgo afortunado para ambos.

— Una serendipia. — afirmó Taehyun, encontrando rápidamente aquella palabra que abarcaba tan bonito significado.

— Una serendipia. — repitió el omega para acercarse y abrazar al pelirosa. Acariciando con su naricita lo poco que podía alcanzar de la curvatura del cuello de Taehyun y disfrutar de aquel dulce y especial aroma que el alfa emana.

El pelirosa rodeó la cintura de Beomgyu con ambos brazos y le dio un casto beso en la coronilla,trasmitiendo todo su amor y adoración en un corto gesto.

— Bueno, bueno, mejor ya entremos. — comentó tratando de no distraerse. Estar cerca de su alfa le hacía olvidar de las demás cosas a su alrededor.

— Está bien. — Taehyun le dio un último beso en la punta de su nariz y ambos tomados de la mano,se adentraron al salón.

Instantáneamente el bullicio que brotaba del lugar, fue silenciado casi de inmediato al notar la manera en la que Beomgyu y Taehyun venían, especialmente porque venían juntos y con las manos entrelazadas. Doyun frunció el entrecejo, y saliendo de su pequeño grupo de la esquina de al fondo del aula, se levantó para acercarse con lentitud hacia la 'parejita'.

— ¿Qué pasó acá? ¿De qué me perdí, bebé? — sonrió ladino, coqueteando directamente con Beomgyu. — ¿Trajiste al alfita como a un niño pequeño?

Como si aquello fuera el mejor chiste, todos comenzaron a reír y lanzar burlas sobre Taehyun.

— ¡No me llames así! ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? — el omega rodó los ojos y lo recriminó totalmente tajante y brusco. — ¿Es que no cabe aquello en tu cerebro de nuez?

shy alpha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora