La Leyenda Del Callejón Del Beso, Leo y Teodora Por Siempre.

Capítulo 3

Un mes ha pasado desde que el poblano había llegado y empezado una nueva vida en la ciudad de Guanajuato, con el pasar de los días como también de las semanas el joven Leo se adapto a su nuevo estilo de vida, se levanta desde muy temprano para preparar exquisito pan dulce como solía hacerlo en Puebla junto a su familia y el cual lo prepara para que sea el desayuno de todos en la casa en compañía de un rico café caliente junto a uno que otro platillo para llenar el estómago, posteriormente se va con Don Gaspar, Santiago y Valentina a la mina de Los Siete Dolores para trabajar arduamente durante todo el día hasta caer la tarde noche y al regresar a casa el joven cena junto a sus amigos mientras al mismo tiempo conversa con ellos por un largo rato para poco después subir a su habitación, salir al balcón a conversar y pasar el tiempo junto a su amiga Teodora antes de irse a descansar, siendo de esta manera su nueva forma de vida.

El ambiente se encuentra tranquilo durante el día de hoy en la mina de Los Siete Dolores para la gran mayoría de los trabajadores, ya que no hay mucho por hacer junto a que es el último día laboral de la semana y en esta ocasión todos saldrán un poco más temprano de lo habitual.

Leo: -escarbando la tierra por medio de un pico, escarba con todas sus fuerzas y mediante encuentra rocas peculiares a las cuales se les puede sacar provecho para encontrar diamantes, oro o algún otro tipo de mineral las guarda al interior de una carretilla de madera-

Santiago: -con una pala recoge la tierra que el poblano arroja hacia los costados para posteriormente dejarla caer al interior de otra carretilla-

Valentina: -se percata de que las carretillas estan llenas, las mueve y enseguida coloca otras dos que estan vacías para que los muchachos no pierdan el ritmo y poco después llevarse las que se encuentran llenas-

Santiago: -continua haciendo su trabajo, para hacer menos aburrido sus labores decide conversar con su amigo poblano- Oye leo, ¿Quieres ir con valentina y conmigo a comprar unos dulces a la dulcería de gloria y don andres? -lo observa de reojo y sin detenerse en su labor-

Leo: Claro, aprovechare para comprar unos cuantos dulces para teodora, ya que la voy a ver nuevamente al rato en la noche y me gustaría darle un pequeño detalle jeje -sonríe y toma una roca que al parecer contiene algo interesante en su interior que se asemeja mucho a un diamante para después disimuladamente guardarla al interior de uno de los bolsillos de su pantalón para que nadie lo vea, ni siquiera su amigo guanajuatense-

Santiago: Respóndeme esto...¿Te gusta esa muchacha verdad? -pregunta con curiosidad pero a la vez comenta con un tono semi burlon-

Leo: ¡¿Qué?! ¡Claro que no! ¡¿De dónde sacas semejante barbaridad?! -comenta sorprendido pero a la vez un ligero sonrojo aparece sobre sus mejillas-

Santiago: No lo se...puede ser porque todas las noches te la pasas platicando con ella hasta tarde y casi siempre que vamos a un lugar en específico como en esta ocasión a la dulcería siempre compras algo para ella sin importar lo que sea, incluso el otro día que fuimos a la juguetería para comprar unos trompos le compraste hasta un balero -dice esto último con un tono burlon mientras le guiña el ojo-

Leo: ¡Ay! ¡¿Y qué tiene que le regale cosas?!, ella y yo somos muy buenos amigos y solo se los doy como símbolo de nuestra buena amistad -comenta nervioso mientras trata de cubrir su sonrojo al momento de escarbar-

Santiago: Pues esa cara de tomate dice otra cosa eh jajaja -se ríe mientras deja caer la pala-

Leo: ¡Basta! -deja caer el pico, enseguida toma un poco de tierra, la hace bola y se la lanza-

Santiago: Jajaja -continua riéndose por unos segundos mientras se cubre con sus brazos- relaja la raja que es puro juego jajaja

Don Gaspar: -aparece por detrás de los dos muchachos y saliendo de un túnel mientras lleva consigo unos picos y palas- ¿Qué es tan gracioso?