De arriba a abajo y de abajo a arriba

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Suelta

Respiro hondo

Tu peso es tan fuerte que siento que no puedo respirar

Mis manos heridas te sujetan con cariño.

El consciente me mira a los ojos:

Si duele, ¿por qué no lo sueltas?


Porque no puedo

No quieres


A lo mejor, si lo sigo sujetando, dejará de doler, ¿no?

No es tu culpa, ¿sabes?

¿Qué? Levanto la cabeza perpleja ante esa afirmación.

No es tu culpa que eso pese tanto y que no puedas aguantarlo más.

Pero, yo lo quiero, no puedo dejarlo así como así.

Soltar también es querer. 

Cosquillas en el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora