Hace seis meses.
Zoro ya no sabía qué hacer, estaba bastante desesperado a estas alturas.
No es como si fuera su responsabilidad, pero aun así se preocupaba por ellas.
Sabía que la vida de la azabache era difícil, pero esto superaba con creces sus expectativas. Si no hacía algo pronto, era muy probable que no las volviera a ver nunca más en su vida. Le asustaba no poder estar allí para ellas.
Lo peor, no era la primera vez que aquel sujeto se presentaba en su casa.
Desgraciadamente, para él, ellas vivían casi al otro lado del mundo.
—Maldita sea.
No podía protegerlas estando tan lejos. Tenía a sus amigos, su trabajo y casi toda su vida allí en Raftel.
Ir al Norte cerca del hogar de su padre no era una opción, no porque no quisiera, simplemente sería convivir con el enemigo. La opción más viable era traerlas consigo.
Tarea difícil, más no imposible.
Solo debía convencer a Trafalgar de aceptar, lo cual sí era complicado, sabía lo terca que podía llegar a ser la mujer, quizás esa era la razón principal por la cual se encontraban en esta situación desde un principio.
A veces se reía en su interior cuando comparaba a Trafalgar con Luffy, para muchos, personas completamente diferentes pero, tan similares al mismo tiempo.
¿Quizás era la voluntad que residía en su interior?, ¿o algo más allá?
No lo sabía.
Pero la determinación, valor y voluntad de aquella mujer fue lo que lo cautivo desde un principio.
Un momento.
Uno solo, guarda recelosamente en su interior. El único, que ha logrado ver como es en realidad ella.
El único que se permitió bajar todas sus barreras y descubrir toda su alma.
En sus recuerdos, aún tiene presente aquel momento.
Años atrás.
Era una fría y lluviosa noche de octubre. El reloj marcaba las 22:46 horas.
Lindo horario para entrar en trabajo de parto.
La primera contracción llegó repentinamente a diez minutos de las once.
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¿A dónde va Zoro?
FanfictionÚltimamente, su amigo de cabello verde ha estado más raro de lo usual. Sabían que aquellos dos años de separación lo habían cambiado, aunque él no fue el único. Pero ya habían pasado varios años del incidente. Antes solo eran pequeñas sonrisas y ris...