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Sae
Era una noche estrellada. En Los Ángeles; Las noches suelen ser divertidas. Fiestas por aquí y por allá. La mayoría eran fiestas privadas organizadas por las celebridades del momento. Y claro; Si perteneces a un buen estatus económico social; Serás invitado a una de estas fiestas por lo menos una o dos veces en tu vida; Esto dependiendo de las personas de las que te rodees.
- Sae, ¿Dónde está el top de brillos? - Preguntó Mía, mi mejor amiga; Quién se paseaba por la habitación en sostén y una mini falda de mezclilla negra. - Puedo jurar haberlo visto por aquí... - Se detuvo; Posando su dedo indice sobre su labio inferior y paseando sus ojos a lo largo de la habitación.
- No lo sé Mía; Ni siquiera sabía que había uno de esos - Respondí mientras aplicaba rímel sobre mis pestañas. Al terminar di un vistazo en el espejo del tocador. Rechine los dientes al notar que había manchado un poco mi párpado superior - Mojando la punta de mi dedo con saliva; Para limpiarlo -.
Sentí como Mía posaba ambas manos sobre mis hombros viéndome por el reflejo del espejo; Con una sonrisa ladina sobre sus labios - Te ves demasiado sexy - Dio una palmada a mi hombro y siguió en lo suyo.
Me di la vuelta sobre la silla - giratoria - del tocador; Viéndola buscar su top. - Ya ríndete - reí en lo bajo - mejor vete solamente en sostén - Bromeé. Al escucharme; Soltó una pequeña risa tomando sus senos entre sus manos; Juntándolos para simular un mayor tamaño.
- No cariño - Negó - ¿Qué chiste tendría? - Soltó su busto y caminó hacia una esquina; Encontrando su famoso top de brillos - Los hombres no merecen conseguirlo tan fácilmente. Hay que provocar. No mostrar demás - Dijo; Viéndose al espejo - de cuerpo completo - acabando de acomodar su top - Hay que hacerlos sufrir un poco antes de darles lo que desean - Se volteo hacia mi dirección; Con una sonrisa coqueta sobre sus labios.
Rodé los ojos con una sonrisa; Para luego levantarme de mi lugar. - Como digas - Camine hasta llegar al closet en mi habitación. Me quedé de pie frente a este por un rato. Pensando en qué ponerte. Mi maquillaje estaba listo. Era un poco oscuro - una combinación de negro y plateado - pero sin sobrecargarlo ni exagerarlo. No quería parecer fantasma ni mucho menos.
Decidí por una mini falda de mezclilla y una blusa de color negro; La cual dejaba mi espalda al descubierto. Combiné mi ropa con unos tacones de aguja negros descubiertos. Mía se posó a mi lado; Ambas viéndonos en el espejo. Una risa salió de ambas. Para luego voltearnos y saltar de emoción.
- ¡No puedo creer que Laura consiguiera invitaciones para la fiesta de hoy! - Dijo Mía; Un poco alterada. - ¡Iremos a una de esas fiestas privadas! ¡Si un paparazzi nos fotografía por accidente nos haremos famosas ______! - Dijo emocionada mientras daba pequeños saltos.
