Look what you started

1K 71 5
                                    

Los meses previos al mundial fueron un infierno para Enzo. Su vida parecía soñada, en Europa le iba bien, jugaba la Champions con el Benfica y su vida personal era una maravilla.

Pero en el fondo, Enzo no dejaba de sentirse miserable. Lo agobiaba recordar todas las noches ese beso con Emiliano, tener la sensación fantasmal de sus manos sobre su cintura y su cadera, sentir que algo estaba mal cuando besaba a su novia.

No sabía cómo hacer para sacárselo de la cabeza, para dejar de pensar en la presión de su cuerpo, en la forma en que lo avasalló contra la puerta y su altura gigante.

—¿Amor? —La voz de Valentina lo sacó de sus pensamientos y se dio vuelta a mirarla—. ¿Estás bien?

—Sí, amor, ¿por qué?

—Es que te veo muy pensativo —mencionó con la mano sobre su mentón—. Hace días en realidad.

Enzo quiso disimular su nerviosismo y trató de buscar alguna explicación coherente.

—Me tiene nervioso el mundial, si me van a convocar...

Valentina se acercó y cruzó los brazos sobre los hombros de Enzo.

—No te preocupes, sos muy groso y seguro que te van a convocar.

Sintió culpa cuando la escuchó decir eso. Ella era una chica tan buena, que le había dado tantos momentos felices y una hija increíble. Y no dudaba de lo que sentía por ella, la amaba, pero tampoco podía sacarse de la cabeza los besos de Emiliano y la forma en que su cuerpo reaccionó al instante.

Finalmente lo convocaron y Enzo lloró de alegría pero también comenzó a sentir ansiedad invadiéndolo. Después, lo segundo que pensó fue en Emiliano y cómo sería el reencuentro con él.

Estaba muy confundido porque no entendía por qué le gustó tanto todo eso que vivió cuando siempre pensó que no le gustaban los chabones. Valentina le seguía gustando y aún reconocía que las mujeres le calentaban pero a veces, cuando estaba solo y se permitía fantasear, volvía a recordar esos besos en el cuello, cómo le comió la boca y las manos enormes tocándole el culo. Y sentía que su cuerpo se prendía fuego.

Primero tenían un amistoso en Abu Dabi antes del viaje a Qatar pero ya estarían todos juntos desde mitad de noviembre. Saber que estaría un mes viviendo el sueño de su vida profesional y al mismo tiempo atrapado con el único tipo que había logrado confundirlo en todo sentido lo ponía muy nervioso.

Los días previos se la pasó lleno de ansiedad, tanto que Valentina y hasta su hija lo notaron. Sin embargo era lógico y todos lo adjudicaron al mundial.

Se despidió de su familia el mismo día que abordó el avión con Nico Otamendi desde Portugal hasta Emiratos Árabes. Durante el viaje se permitió emocionarse como un nene que no podía creer que iba a jugar un mundial.

El reencuentro con sus compañeros lo llenó de emoción y volvió a pegarse a Juli y los millonarios porque los conocía hacía mucho tiempo. Sin embargo también le gustó volver a verse con el resto aunque su nerviosismo por su encuentro con Emi lo tenía muy ansioso.

Anduvo charlando con varios y trataba de no buscarlo con la mirada como si fuese una adolescente mirando al chico que le gustaba. Sin embargo, cuando sintió que una mano gigante le acarició el pelo, Enzo se dio vuelta como un rayo.

—Hola pendejo —lo saludó con una sonrisa ese arquero que no salía de su cabeza—. Tanto tiempo, ¿cómo estás?

Enzo tragó saliva y decidió actuar con normalidad, que era lo que Emi estaba haciendo. Lo abrazó fugazmente así como también vio que abrazaba a Julián y al resto. No intercambiaron muchas palabras durante ese primer reencuentro porque el tiempo apremiaba y así como llegaron los instalaron en un hotel antes de salir a entrenar para el amistoso.

Come light me up | Dibu Martínez x Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora