Parte única

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Érase una vez y mentira no es, en un enorme reino, todos eran felices, gracias a sus reyes, pero lamentablemente tanto los reyes como el pueblo querían un heredero, los reyes añoraban tener un descendiente sin importar si era niña o niño...
El milagro ocurrió, la reina había logrado quedar embarazada, el reino se puso feliz. Después de tantos años se les había cumplido el milagro. El pequeño nació, era realmente muy lindo, pero cuando creció se dieron cuenta de que no podía hablar y tampoco mostraba emociones. Lo llevaron a distintos doctores y todos decían que el pequeño estaba bien, que no había ningún problema. Su pequeño Eun Woo fue creciendo, era muy hábil con el piano, dibujaba realmente hermoso, ayudaba a los pobladores, era muy querido por todos. Eun Woo cumplió 18 años y sus padres querían que se casará, ellos ya estaban muy viejos y no querían que el se quedará solo; por eso, habían mandado un decreto al reino, cualquier persona que logrará que su hijo hablara o mostrará alguna expresión podría casarse con el príncipe. Claro que se armó una enorme fila, el príncipe era realmente muy lindo y tener la oportunidad de casarse con él, no se presentaba en cualquier ocasión, claro que las personas que fueron, bien vestidas por cierto, no esperaban encontrarse con una piedra en lugar de un príncipe, les ponía atención pero no emitía ninguna señal de que su expresión cambiara, lo que hacía que se desesperen y salieran del palacio.
Por otro lado, tenemos a Moon Bin un joven campesino que vivía a las afueras del reino, este siempre andaba relajado, ese día había ido al mercado a vender sus productos y cuando iba de regreso a su casa se topó con una mujer algo mayor...
-Tú no fuiste al príncipe hoy, ¿verdad?. Es una pena, nadie logró que hablara ni se expresara. Él realmente no está mudo, solo sufrió mucho en sus vidas pasadas. Bueno deberías ir no pierdes nada intentándolo. - Moon Bin al escuchar a la mujer, no dudó ni un segundo, guardó todas sus cosas y se dirigió al castillo. Claro que antes vió sus fachas, bueno no estaba tan mal pero si necesitaba arreglarse un poco o al menos lavarse la cara por el sudor acumulado en el día.
Al llegar al castillo se dirigió a donde le indicaron y apenas lo vió las palabras salieron solas.
-Parece que nadie a podido convencerte de hablar, sé que no eres mudo, solo espero que me escuches- él príncipe lo miró a los ojos- dije que me escucharás no creí que me pondría nervioso con tu mirada, bueno...te contaré una historia...yo en mi vida pasada fui un conejo, conseguí a mi pareja y tuvimos conejitos, lamentablemente vino un cazador y me mató, en mi siguiente vida fui un ave y se repitió la historia, luego fui un venado y volvió a repetirse la historia solo que mi cabeza estuvo colgada como trofeo y así fui renaciendo hasta esta vida en que soy un humano, en todas mis vidas encontré a mi pareja destinada y sé que ella sufrió mucho cuidando de nuestros retoños y estoy seguro que esta vez renació como un hermoso príncipe y he venido por ti mi amor...
Eun Woo había empezado a llorar en medio de la historia, cuando Moon Bin acabo de hablar sé lanzó a sus brazos.
-Esta vez  prometo protegerte, sé que tienes miedo de la humanidad, pero podemos demostrarle al mundo que somos diferentes
-Si quiero, en esta vida y en las siguientes, siempre estaré a tu lado- Eun Woo dejó su timidez de lado y lo besó, sabía que él siempre estaría a su lado.
Los reyes estaban felices, su pequeño príncipe tenía a alguien a quien amar y alguien que cuidaría de él, Eun Woo y Moon Bin se casaron cuando el primero cumplió 21 años, se hacían cargo de los campos de Moon Bin, sus cosechas eran las más buscadas, por ser las mejores de todo el reino, Moon Bin consentía  demasiado a su príncipe, le daba las mejores fresas casi a diario; ya que eran sus favoritas, ambos sabían que no podían tener hijos pero eso no impedía que se amaran, incluso habían adoptado a 2 pequeños que habían encontrado robando en sus campos, eran una niña y un niño que habían perdido a sus padres con tan solo 5 y 6 años respectivamente, esos dos pequeños les recordaban a sus pequeños de sus vidas pasadas. Eun Woo debía hacerse cargo del reino y Moon Bin del campo, pero a veces solían cambiar deberes y otras simplemente disfrutaban de un paseo con sus hijos en un hermoso bosque...lo más importante es que siempre estaban felices, disfrutando de la vida.

El Príncipe Mudo- BinwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora