Es una narrativa breve y autocontenida que presenta una historia Chestappen completa en un solo episodio o capítulo. A diferencia de las historias largas o libros que se desarrollan a lo largo de varios capítulos, un one-shot es una historia única y...
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Sérgio Pérez.
07 de julio, 2021 Gran premio de Países Bajos.
Las lágrimas bajan por mi rostro. Trato de reprimir mi llanto, para que nadie se de cuenta que estoy llorando.
Me siento destrozado, he tenido el peor dia de mi vida. A solas en el espacioso cuarto de baño del set de televisión me acercó al lavabo y, tras colocar las manos debajo del chorro de agua fria, me miró en el espejo. Apenas puedo reconocerme a mí mismo. Visto el mono ignífugo de Red Bull. ¿Qué he hecho? Debí haberme quedado en mi anterior equipo. Así todo se hubiera quedado en su lugar. Lance no me hubiera terminado, nuestra relación seguiría en pie. Pero las cosas han cambiado mucho y todo es peor ahora.
Hace tan solo dos horas: Lance y Fernando han hecho publico su compromiso de matrimonio. El amor de mi vida eligió a otro hombre como su compañero. Me acercó al lavabo y me echó agua fría en la cara, para ver si me despejó. La dureza de los fluorescentes opaca el brillo de las baldosas, y huele a productos de limpieza. Mientras me seco, la puerta se abre mi espalda. Me vuelvo.
Es Max Verstappen, con los ojos verdes llenos de asombro. Mi coequipero: es un Alfa dominante neerlandés. Tiene una hermosa cabellera rubia, ojos azules y sus feromonas huelen a narcisos. De adolescente, era alto y delgado, y los Omegas que querían salir con el siempre habían tenido la impresión de estar a su altura. Más adelante, sin embargo, cuando su belleza había florecido, Max descubrió que los Omegas se sentían intimidados por su presencia y cuando estaban con el se mostraban torpes, cohibidos y excesivamente diferenciales. Eso lo ha convertido en uno de los alfas más codiciados del mundo.
—Checo, debemos ir al set, la entrevista está apunto de comenzar. No tenemos mucho tiempo...
—Claro, claro. En un segundo estoy listo.
—Checo, ¿Estuviste llorando? —me pregunta— imagino que ya te enteraste de la noticia. Lo siento mucho, yo no sabía nada.
—No tienes que sentir nada, Max.
—Checo... La habitación está inundada de feromonas amargas. Si necesitas hablar, sabes que puedes contarme lo que sea.
—Estoy hablando en serio. Estoy bien.
—Sergio...
—Oh, no es nada. Me siento muy bien. Digo, solo fui su pareja durante años y nunca me propuso matrimonio —digo con una sonrisa forzada— pero se casará con Fernando después de 4 meses de noviazgo. Así es la vida.
—No tiene nada de malo que estés triste.
—No estoy triste, además... ¿Sabes lo que es el amor enfermizo, Max?
Niega con la cabeza.
—A veces el amor duele, Max. Y Lance me quería mucho. En fin, salgo en un momento.
