Capítulo 12

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EL QUE tocaran a la puerta sorprendió a Jungkook; acomodó a Somin entre sus brazos, para poder abrirla. Una mujer que no conocía estaba parada frente a su puerta, a su lado había un hombre con un traje y un oficial de policía.

—¿Señor Jeon?

—Sí —respondió Jungkook con cautela.

—Me llamo Samantha Jones y trabajo para el Servicio de Protección Infantil. Este es el señor Peters del equipo de intervención de crisis y el oficial Matthews. ¿Podemos pasar para hablar? Hace mucho frío afuera.

Jungkook sintió como su estómago se le hizo un nudo mientras se hizo a un lado instintivamente, permitiéndoles a las tres personas acceso a su casa.

—¿Hay algún problema?

—Eso es lo que hemos venido a averiguar —explicó, aunque no necesitaba hacerlo según Jungkook—. Recibimos una llamada indicando que hay un niño en peligro, así que hemos venido a investigar. ¿Está solo en la casa?

—¿En peligro? —repitió Jungkook—. Pero la única niña aquí es Somin. ¿Cómo es que está en peligro?

—El informe decía que la niña se ve amenazada por usted —le explicó la señorita Jones—. No respondió mi pregunta, señor, ¿está solo en la casa?

—Sí-i —tartamudeó Jungkook, sus ojos se movían de un rostro al siguiente—. Pero jamás haría algo para lastimar a Somin —insistió Jungkook—. La amo.

—Estoy segura de eso —dijo la señorita Jones—, pero la gente lastima todos los días a las personas que aman. Necesito verificar y asegurarme de que no será lastimada de ninguna forma.

Automáticamente, Jungkook abrazó a Somin contra su pecho. No quería entregarla, pero el policía se echó hacia adelante y Jungkook se dio cuenta de que no tenía opción.

Tratando de decirse a sí mismo que no había hecho nada malo y que no encontrarían pruebas para apoyar la denuncia, le entregó reaciamente su hija a la trabajadora social.

—Sosténgale la cabeza —ordenó él inmediatamente—. Ahora la sostiene mejor, pero no siempre logra estabilizarla cuando la mueven, aunque sí cuando ella se mueve sola.

La señorita Jones la tomó con confianza, así que Jungkook permaneció en silencio.

Su corazón se le partió cuando comenzó a llorar al notar a una persona extraña sosteniéndola. A la señorita Jones no pareció molestarle el sonido; abrió el zíper del pijama de Somin y la examinó con cuidado.

Somin lloró aún más fuerte cuando dedos fríos le movieron el pañal y tocaron su piel. Jungkook se mordió el labio para no entrometerse y quitarle a su hija; solo el oficial de policía hubiera sido lo suficientemente fuerte para detenerlo.

—Parece estar saludable—dijo finalmente la señorita Jones, entregando a Somin al hombre con el traje—. El señor Peters la sostendrá hasta que terminemos nuestra conversación. —Jungkook deseaba recuperar a Somin y huir, pero su estómago le dio vueltas al pensar que ellos eran los que tenían la ventaja.

—Por supuesto que tiene buena salud —dijo Jungkook furioso, su ansiedad haciéndole ser cortante—. Sé cómo alimentarla y cambiarle el pañal y todo lo que no sé, Jimin me lo dice.

—¿Quién es Jimin?

—Mi pareja. Park Jimin. Está trabajando en estos momentos, ¿necesito llamarlo?

—Jungkook deseaba que dijera que sí para así poder recibir el apoyo de Jimin ante estas acusaciones de la trabajadora social. Jimin sabría cómo lidiar con ellos, podría mantener la calma y responder a sus dudas con una sonrisa amable y experiencia.

Una bebé y dos solterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora