-Dos Tipos De Dolor-(Bucky y tu)

Capítulo 2

No recuerdo la ultima vez que estuve completamente sobria, mi estomago ha llegado a doler como un infierno por las altas cantidades de alcohol humano que he bebido, no puedo decir que me arrepiento, sus bebidas son las mas debiles, pero es mejor una bebida pésima a vivir en asgard y soportar los dramas de la familia real cada cinco minutos, hace solo dos años la tierra fue victima del berrinche de uno de los hijos de odin, Loki, mucha gente murio, pero incluso asi, muchos ganaron esperanza, los nuevos "Vengadores" por mas desequilibrados y de dudosa procedencia que fueran, cumplieron con el objetivo, ser simbolos de paz.

Yo no fui parte de ese jueguito, si o recuerdo mal, mientras la ciudad se volvia pedazos yo estaba tratando de ayudar a evacuar gente sin interactuar mucho, lo que menos queria era llamar la atencion, el hielito ya era bastante vengativo y conforme a la informacion que obtuve, no les habria convenido mucho si yo terminaba con el cerebro lavado igual que el Doctor Selvig, tres locos espaciales eran más que suficientes.

Al final resulte ser bastante cobarde, quedandome en mi pequeño departamento con un monton de vecinos cuyo caos y ruido fue una de las cualidades que mas agradeci, pues la falta de sueño me ayudo a escapar de las constantes pesadillas que me perseguian al cerrar los ojos.

Desafortunadamente habia una pesadilla de la que no podia escapar ni manteniendo los ojos cerrados, su nombre era Nick Fury, aunque yo siempre preferi llamarlo el vista de aguila.

Ultimamente parece haber estado teniendo varios problemas con shield, no me extraña, un sitio tan politicamente correcto era muy bueno para ser verdad, especialmente cuando solo se involucran si hay una gema magica increible de por medio.

Suspire pensando en eso, no me hacia mucha ilusion trabajar para ellos pero el dijo que era importante y cuando el dice que el asunto es serio, es porque es serio.

No recuerdo exactamente que es lo que me puse, solo se que me bañe por alrededor de una hora con tal de oler y lucir bien, creo que me habia hecho un corte de cabello, queria intentar un nuevo estilo y el resultado no se veia nada mal.

— Debes pasarme la marca de tus cosmeticos, hueles a moras frescas — Escuche decir a la vecina cuando sali de mi departamento, una mujer amablle de unos sesenta y cuatro años de edad, su pastel de los sabados siempre se me hizo una delicia, lastima que me lo diera porque estaba acostumbrada a cocinar para ella y su esposo.

— Gracias, señora Kittens, usted tambien huele bien — Eso la hizo sonreir pero lo nego agitando su mano. Ambas comenzamos a caminar escaleras abajo.

— Voy a la lavanderia, linda. No me mientas ¿Iras conmigo al karaoke mañana? No pudimos terminar la cancion la ultima vez — Pregunto mientras reacomodaba un par de sus prendas dentro del cesto en sus brazos.

— Seguro, yo invito las bebidas esta vez — Le abri la puerta de la entrada cediendole el paso, ella hizo una pausa y volteo a verme alegre.

— Es una promesa, linda — Solte una risa mientras ella salia, yo detras de ella, continuamos caminando juntas hasta el otro lado de la calle donde yo pedi un taxi, despidiendome amablemente.

Era un día nublado, probablemente lloveria y el sitio en el que fui citada contrastaba perfectamente contando con tonos calidos, una linda cafeteria en la que un cliente parecia haber salido de hombres de negro.

— Supongo que la emergencia es tu terrible habilidad para pasar desapercibido ¿No? —Dije sentandome frente a el tomando el menu entre mis manos.

— ¿La cueva en la que vives ya está limpia? — Me rei sarcasticamente antes de llamar a la mesera para pedir mi bebida.

— Mis compañeros se han vuelto de dudosa confianza — Menciono despertando mi curiosidad.