Han Jisung es el presidente del consejo estudiantil -además del hijo del director- y tiene encargado darle la bienvenida a cuatro nuevos estudiantes. Entre ellos, logra ver a un chico sacando un paquete de tabaco y poniendo un cigarrillo entre sus b...
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Felix no sabía que responder. Nunca nadie le había dicho algo así. ¿Debía sonreír? ¿debía gritar? ¿besarle? ¿segunda ronda? ¿no hacer nada?
— ¿Q-qué...?
— Lo que oyes, Felix.. —Dijo, agarrando el rostro del pequeño—
— ¿E-Estás...seguro de e-eso..?
— Más que seguro —Asintió—
— Jisung... —Quiso hablar, pero fue interrumpido—
— No, ahora haz silencio —Se puso sobre él, con ambas manos a los lados de su cabeza— Realmente te amo, Felix, no estoy de broma, desde que llegaste aquí por primera vez y te vi, sentí algo... —Insistió— Cuando te vi sonreír...quise que siempre lo hicieras, que nunca te pusieras triste..
Felix no sabía que decir, solo miraba a Han sorprendido por lo que le estaba diciendo.
— Felix, me gustas demasiado —Suspiró, acercándose al rostro del pecoso— Cada momento contigo es maravilloso...
— Hannie... —Murmuró—
— Eh...¿t-te gustaría...que llegasemos a más? —Preguntó algo inseguro—
Al principio solo hubo silencio, y Jisung quiso esconderse debajo de una piedra antes de que Felix le dijese que no, pero luego sintió los dulces labios del rubio sobre los suyos, en un lento roce, nada de movimiento. Los dos cerraron sus ojos y volvieron a acariciar sus cuerpos.
Se separaron cuando sintieron la necesidad de recuperar el aire y se miraron fijamente, con una bella sonrisa en cada rostro.
— ¿Eso...es un sí? —Preguntó—
— Es un por supuesto —Musitó, muy contento—
Jisung agarró las caderas de Felix y lo volvió a pegar a su pelvis, apresando su boca con ansias. Empezaron a besarse, más calientes que nunca ahora que sabían que estaban juntos y que se pertenecían. Volvieron los toques ardientes, los besos pasionales y los gemidos descontrolados, los jadeos excitados y los sonidos morbosos.
Unieron de nuevo sus cuerpos, los fundieron bajo la luz de la luna. Felix se entregó otra vez a él, pero ahora todo era mucho más íntimo, ya no era sexo simple. Ahora eran parejas, y estaban haciendo el amor.
Al final, esta historia parece haber acabado bien, los dos juntitos, Felix ya no se preocupaba por nada y Han vivía genial.
Nada podría fastidiarlo.
...¿O sí?
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To be continued...
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