2 | Alpha

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Haerin dio un pequeño brinco del susto.

—Joder —emitió un pequeño siseo. Bajando por el par de escalones y observando a la alfa de manera acusadora—. ¿Se puede saber qué haces aquí? Espera. ¡¿Cómo rayos supiste dónde vivo?!

La azabache sonrió juguetonamente, dejando de recostarse en el frondoso árbol para avanzar hacia ella.

—Te ves tan preciosa como siempre.

—¡Kim!

—Oh, vamos, tranquilízate.

—¿Cómo debo tomarme el hecho de que estés parada en frente de mi casa? —se cruzó de brazos, intentando enfrentarle con la mirada.

—Como las mejores intenciones de una alfa que quiere cortejar a su omega —se encogió de hombros, Haerin trató de no soltar un jadeo ante tal osadía escuchada—. Y bueno, también como la muestra de que tus amigas ya me aceptaron.

—¿Que ellas qué? —Hae realmente estaba viendo de la mejor forma que ir a la prisión no sería tan mala. ¿Cuánto valían las vidas de las traidoras que tenía por amigas?

—Fue un gran favor —sacudió levemente su cabello y se colocó al lado de la niña—. ¿Y qué estamos esperando? Debemos llegar temprano a la universidad —habló con frescura, mirando con adoración a la más pequeña.

—Oh, no, ni creas que iré contigo hasta allá.

—¿Por qué no? Pienso hacer de esto una linda costumbre.

—Yo digo que te vayas deshaciendo de esa idea, te podría costar muy caro —intentó amenazarla. Minji rió con cierta diversión, le encantaba que la chica fuera así.

—¿Qué tan cara? —y tan desvergonzada como siempre, se acomodó a milímetros de distancia con la omega, ambas rozando sus brazos.

—Puedo patearte hasta dejarte sin descendencia —dijo entre dientes, tratando de verse inmune a la cercanía, pero siendo delatada cuando sus mejillas se colorearon de un tono rosa—. Aléjate ahora mismo, Kim.

—¿Qué? —fingió sentirse dolida—. ¿Piensas dejar a tu alfa sin la posibilidad de darte cachorros muy bonitos en un futuro? —chasqueó la lengua—. Eso sería una gran pena —el rostro de Hae enrojeció efusivamente—. Aunque debo admitir que me encanta tu personalidad —aprovechando, rodeó sutilmente la fina cintura de la menor con uno de sus brazos, dejándola perpleja—. Aceptaré que lleves el mando en nuestro matrimonio.

—¡Deja de decir tonterías! —reaccionó, esforzándose en mantener el brazo de la alfa fuera de su cuerpo.

—Uh, también puedo ser una tonta por ti —le sonrió ampliamente, quedando muy cerca del rostro adverso—. Pero no es momento de hablar de nosotras, por ahora tenemos que llegar a la universidad —reforzó el agarre impuesto y la dirigió sin problema alguno. Aunque que claro, el único problema eran las quejas que soltaba Haerin una y otra vez.

—Kim —soltó un profundo suspiro—, estoy tratando de todas las formas posibles el no perder la paciencia debido a tu actitud. Lo único que debes hacer es soltarme y largarte muy lejos de mí.

—Tsk, por supuesto que no —alzó su pequeño dedo en negación—. De ninguna manera. ¿Porqué te empeñas tanto en querer ser agresiva?

—Solo quiero estar tranquila, después de eso nada te incumbe.

—Todo lo que tenga que ver con mi futura omega me importa —canturreó, divisando que no muy lejos de ellas, se encontraba la universidad.

—No soy tu omega.

Minji se detuvo, poniéndose frente a ella.

—Pero puedes concederme una oportunidad, tan solo una —esta vez su tono de voz salió aún más relajado. Viendo fijamente a Haerin mientras que con cuidado la sujetaba de la cintura con ambas manos—. Por favor.

what a alpha gotta do; catnipzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora