¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
orange
rodrigo siempre había sido alguien amable y dulce, verlo pelear era prácticamente imposible, y aunque gritara mucho por su personalidad hiperactiva, nunca lo haría por enojo hacia alguien, siempre se mantenía tranquilo ante la ira que llegaba a consumirlo incluso cuando lo hacían perder la paciencia; solo se callaba, nunca quería meterse en peleas.
y rodrigo se había enamorado de iván. oh, iván.
él nunca fué una persona cariñosa, nunca iniciaba un abrazo ni daba o se dejaba dar besos, alguien reservado, relajado y despreocupado, que adoraba su espacio personal y odiaba cuando alguien no lo respetaba, alguien tan seco cómo el desierto en verano, que nunca llegaría a rogar por el cariño de alguien.
¿cómo había caído tan rápido por sus ojos verdes?
se amaban, tal vez más que a ellos mismos. no, tal vez iván lo amaba más que a si mismo.
iván solía decirle lo mucho que lo amaba día tras día, y cómo era la primera persona de la que se enamoraba. claro, no era su primera relación, probablemente no era ni la décima, pero era su primer amor, y rodrigo nunca llegó a pensar en lo cansado que eso podía ser. nunca es fácil ser el primer amor de alguien que no es el tuyo.
pero rodrigo lo amaba, claro que lo hacía, ¿cómo no amarlo? detrás de esa fachada fría, del iván seco que todos tenían el placer de conocer, él conocía un iván sensible, que se presionaba por no sentirse perfecto, que lloraba en su hombro por horas aferrándose a su cintura y temblando, que le dedicaba un te amo diario y miles de besos cómo muestra de su amor.
pero no eran la pareja ideal, no estaban ni cerca de serlo.
iván siempre estaba cansado, y rodrigo a veces solo no soportaba el nunca ver una sonrisa real por su parte, solo quería sentir que podía vivir un día en paz, sin que iván venga enojado por su dolor de cabeza, o sin que llegue llorando por sus inseguridades.
a veces, deseaba no haber conocido a ese iván, y ser uno más de los que sólo veía al seco y frío buhajeruk.
y a veces, deseaba solo gritarle que él también tenía problemas, y que no era su único apoyo.
pero, solo a veces.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
