Hoy sería el día en que Cellbit junto con sus amigos, llegarían a una pequeña y apartada isla, donde se reunirían con otras personas.
Aún le era un tanto extraño y confuso el porque de este viaje a un lugar desconocido, pero vamos, si ya estaban en el barco era porque Cellbit había aceptado emprender esa nueva aventura.
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En medio de una gran tormenta, el choque del barco en el gran puerto de la isla y una caótica semi bienvenida que era realmente una situación de rescate, fue como Cellbit y los demás chicos llegaron a Isla Quesadilla.
Mientras eran rescatados del barco y entre todo el tumulto y ruido de los demás chicos (y chica, porque Cellbit estaba seguro que uno de ellos se presentó como Jaden, realmente no estaba seguro ya que el ruido no lo dejo entender), Cellbit fue conciente de una persona en específico, un chico que parecía estar vestido de superhéroe, ya que su vestimenta consistía en un traje amarillo, guantes y botas rojas, junto con una capa blanca que se ondeaba hermosamente cada que iba y venía del fondo de la habitación hasta donde sé encontraban ellos separados por un cristal, notó a aquél chico, no solo porque aparentemente este podía hablar y entender su idioma, sino, por ese rostro tan peculiarmente aniñado que tenía, no lo malentiendan, no es que creyera que era un chiquillo, a leguas se notaba que era alguien joven pero con la suficiente edad como para tener pareja, más bien, era que había algo en él que le causaba una ternura increíble, transmitía un aura de pureza a tal grado que Cellbit tuvo el extraño sentimiento de querer esa pureza para si solo;
Apesar de que el chico corría y no podía ver perfectamente su rostro, aquel borrón castaño achocolatado que era su cabello le pareció el tono más hermoso que había visto (apesar de que él mismo tenia casi ese tono de cabello).
Cuando el chico le preguntaba que era lo que ellos veían desde su lado de la habitación, Cellbit dejaba de escuchar automáticamente todo el ruido del lugar, remplazando lo por la dulce y un tanto aguda voz del héroe, en esos momentos era como si el tiempo se detuviese lo suficiente para poder atisbar detrás de aquellos cristales que enmarcaban una risueña mirada cuyo color de ojos le recordaban a cierto tipo de madera de su país, Kingwood, si mal no recordaba.
Apesar de las preguntas que el chico les hacía, para Cellbit le era difícil contestarle, ya que el se encontraba en un estupor debido a que sus ojos no se podían apartar de él, por lo cual, sus compañeros eran quienes le gritaban las respuestas tratando de hacerse escuchar sobre el ruido contrario.
Cellbit solo podía responder cuando era otra persona quien le hacía las preguntas.
En fin, una vez que los chicos del otro lado del cristal pudieron ayudarlos a salir, lo primero que Cellbit quizo hacer fue detener al chico de mirada risueña, pero le fue imposible debido a que cuando la puerta se abrió, todos festejaron y salieron corriendo del lugar bajo el grito "¡¡Vamos, vamos, c'mon, a la estación de tren, to the train station!!", así que solo vio como aquel tipo se alejaba, no sin antes cruzar miradas con él, en ese momento, Cellbit detuvo su andar y contempló la bella sonrisa que el castaño le regalaba para después soltar un "Vamos para o trem" mientras se alejaba corriendo y dando esporádicamente pequeños saltos por el lugar.
No había duda, el chico lo había hechizado y aún sin saber su nombre, Cellbit tenía la certeza de que no dejaría que nadie más lo tuviera que no fuera el mismo.
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Mientras Cellbit caminaba, flanqueado por sus demás compañeros, captaba una que otra palabra y frase, que supuso era referente a ellos, escucho un
-The guy with the glasses on his head, he looks kind of weird, you know?-
Cellbit estuvo a punto de contestarle a aquel tipo calvo, que si lucía raro era porque estaba ensimismado en sus pensamientos sobre como separar al castaño y poder hablar ellos dos solos, pero antes de poder siquiera abrir la boca, el chico que perturbaba su mente y sus sentimientos, hablo
