La sangre corría por los pequeños canales que había en el suelo gracias a las explosiones que los bombarderos causaban, matando a todo aquel que tuviera la mala suerte de estar en su rango de ataque.
disparos y bombas eran todo lo que se podía escuchar en la zona de batalla, gritos de guerra, quejidos de dolor, súplicas y plegarias eran una de las muchas más cosas que se escuchaban en aquella batalla que se libraba entre dos bandos.
una batalla que decidirá una de las muchas victorias de ambos bandos.
Hombres armados hasta los dientes cargaban contra su enemigo, cada uno de ellos motivado y listo para morir por su gente, otros no tan listos como sus compañeros. poco a poco los soldados ganaban más terreno, lo que animaba más a los soldados para obtener la victoria.
los soldados lograron entrar en las trincheras enemigas; unos iban por arriba, otros recorrían las trincheras hechas por el enemigo.
el cielo que antes era iluminado por el sol empezó a cambiar a uno más oscuro, las nubes negras cubrieron el sol y la ceniza empezó a caer. desde más allá de las trincheras, un hombre se paró mirando el cielo negro.
Su ropa se empezó a manchar de ceniza pero sin darle importancia tomo de su espalda su arma y con la hoja tocó el suelo justo cuando miró al frente con unos ojos rojos como la sangre.
El suelo se empezó a mover, la tierra se movía indicando que algo estaba saliendo, una mano salió de entre el suelo y luego otras más la imitaron.
los cuerpos de aquellos caídos en batalla salían del suelo una vez más para luchar, todos vestidos con uniformes viejos con sangre seca y tierra manchándolos, con un grito de victoria salvaje. Los no muertos corrieron hacia el enemigo, algunos de ellos tomaron armas que había en el suelo, otros con nada más que sus manos y dientes filosos fueron a desmembrar a sus enemigos.
Uno de los soldados vio a uno de los no muertos acercándosele. en una rápida acción, le disparó logrando atravesar su cabeza, pero otro no muerto clavó su mano en su estómago y con su otra mano agarró la cabeza del soldado moviéndola a un lado para después, con sus dientes filosos, arrancarle la piel del cuello haciendo que los dos cayeran al suelo. el soldado gritó de dolor pidiendo ayuda, pero el no muerto solo siguió mordiendo y desgarrando la carne del soldado, mientras que con sus manos le desgarraba el estómago y le sacaba poco a poco las tripas e intestinos del cuerpo.
ESTÁS LEYENDO
FGO: Orgullo, sangre, muerte y Odio
ActionEl tablero de ajedrez ya se a puesto sobre la mesa, los jugadores ubican sus piezas y preparan el reloj dos bandos, los buenos contra los malos, los vivos contra los muertos, el bien contra el mal, el pasado contra el futuro el juego será el que d...