CINCO

518 54 17
                                    

Lo que pensé que quizás eran mariposas en mi estómago, se convirtieron en un montón de murciélagos gigantes.

— No necesito aclarar que soy solo tuyo, cuando nunca me ha poseído nadie más.

Me regaló esa preciosa sonrisa ladina justo antes de capturar mi labio inferior en una mordida. Tiró de este y enterró las uñas en mi pelvis cuando un fuerte gemido de mi parte resonó en la habitación. Lo encontró, golpeó ese punto delirante al tacto en mi interior. Y esta vez fui yo el que comenzó a estamparse contra su polla para que volviera a golpear mi próstata.

— ¡Hy-hyunjin, ahí!

Volvió a golpear ese punto y, joder, las lágrimas ya se acumulaban en mis ojos cuando el pelinegro comenzó a devorarme la boca. Me estremecí, y la vena saliente de mi pene quería explotar. El cosquilleo en mi interior se centró en mi glande.

El alto rodeó mi centro y movió su mano por este, solo unas pocas veces bastaron para correrme en su mano, con un fuerte gemido de mi garganta. Suspiré y dejé caer mi cabeza en la almohada sin fuerzas. Él sin embargo sujetó con fuerza mi cintura y siguió embistiendo sin reparar en mi reciente orgasmo. Apenas me quedaban fuerzas para gemir, dejé que él se encargara de todo mientras yo solo enredaba mis manos en las sábanas y las apretaba débilmente.

Abrí los ojos justo cuando sus labios volvieron a los míos en un beso sucio y obsceno donde su único objetivo era dejarme sin aliento otra vez, si es que eso era posible tomando en cuenta que ya estaba sin éste.

Se detuvo, sujetando mi cadera me dio vuelta, elevó la misma y pude sentir con mucha más claridad lo que tenía dentro. Y vaya que tenía algo dentro.

—Hyun...

Mi voz sonó baja, estaba llegando al éxtasis y nunca me había sentido tan bien en la cama. Estaba claro que Hyunjin sería el causante de tanto.

Gemí mucho más fuerte, el alto se acomodó de rodillas y penetró con su prepotente erección mi entrada. Me limité a gemir, solo podía hacer eso, no tenía fuerza para más. No sé cuándo una mano abandonó mi cintura, solo sé que esa mano fue la que se estrelló contra una nalga sacándome un sucio gemido.

— ¡Hyunjin!...

El chico gimió. Gimió tan maravillosamente que mi nueva erección se sacudió de placer. Oh por Dios este chico me va a llevar a la tumba. Intenté mirarle pero la posición en la que estábamos no me lo ponía fácil.

Quería verle en el momento de llegar al éxtasis, porque ese rostro se debe ver extremadamente hermoso cuando cierre los ojos y gima mientras me llena. Me acomodé, y por fin le pude ver. Él ya lo hacía no tengo idea desde hace cuanto.

Volvió a tomar mi eje. Delineó con su dedo la punta quitando el líquido pre-seminal que expulsaba la virilidad. Y en pocos segundos, sin avisos ni titubeos se corrió en mi interior. Llenándome con su caliente esencia, y esa sensación, ese placer de ser llenado por Hyunjin me hizo llegar también en su mano. Gimiendo los dos el nombre del contrario en cuanto nos dejamos ir.

Y si pensaba que ese era el final, todo pensamiento se desvaneció cuando me volteó por las caderas y volvió a quedar encima de mí.

—Hyunjin...

—Félix...

Y eso fue todo sonido coherente que salió de nuestros labios antes de ser reemplazados por gemidos de fuertes embestidas nuevamente. Porque éramos adictos a esto. Él ya lo era, y descubriría poco a poco que yo también. Adicto al sexo, pero al sexo con Hyunjin. Porque hacer esto con cualquiera no te provoca nada. Pero que sea con Hwang Hyunjin es completamente diferente, y te llena de satisfacción saber que tal chico es el que te lleva al cielo con cada orgasmo. Porque siempre nos deseamos el uno al otro, y el poder tenernos al fin hacía que las fuerzas fueran suficientes para pensar que no es necesario parar, aunque en algún momento tendremos que hacerlo. Efecto Hwang en chicos heterosexuales.

.
.
.
.
.
.

Continuación en mi perfil, segundo libro “Efecto Lee”

Fue cortita pero al menos logra quitar el aburrimiento? Bueno no sé qué piensen ustedes. Pero díganme si la disfrutaron. Déjenme comentarios por aquí o donde quieran. Saludos a todos.

Nos leemos lueguito.

Efecto Hwang ¹|| 𝙷𝚢𝚞𝚗𝚕𝚒𝚡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora