No recuerdas de alguna vez te has sentido tan nerviosa en toda tu maldita vida. Tu corazón está latiendo salvajemente, las palmas de las manos te están sudando y tus extremidades las sientes pesadas, pero hay algo más entre todos estos sentimientos. La emoción... Te detienes durante un minuto una vez que entras en ese edificio tan familiar, sólo para recuperar el aliento, porque venias caminando tan rápido por la calle, que casi ni respirabas.
Dios, ni siquiera le explicaste a Looknam a dónde ibas, ¿y si te pasa algo? ¿y si en realidad Rebecca te mata?... Debes despedirte de Looknam con un mensaje final, diciéndole algo así como que siempre la has apreciado y que les diga a tus padres que los odias.
Sacudes la cabeza y caminas hacia el ascensor, como es mucho después de las horas de trabajo las luces están bajas y la recepcionista que suele estar en la planta baja no está. Buscas a tientas con las manos el botón para llamar al ascensor y cambias impacientemente de lugar tus pies mientras esperas. Una vez que llega entras y tu estómago se hunde, ya que comienza a moverse hacia arriba.
Has estado aquí muchas veces antes, siempre estás nerviosa al ir a la habitación 47, aunque por lo general es porque sientes que Rebecca entra en tu mente y arrastra tu alma hasta el infierno, tal vez ella todavía pueda hacer eso esta noche.
El ruido familiar de la apertura de las puertas del ascensor te despierta de tus pensamientos y caminas hasta donde Prise está normalmente sentado en su escritorio. Esta noche está vacío y el lugar está casi completamente oscuro.
Tu corazón comienza a acelerarse cuando caminas por el pasillo hasta la habitación 47, sientes el corazón en la garganta y los nervios hacen que tiembles. Todo lo que oyes es el latido de tu corazón y el ruido sordo de tus zapatos contra la alfombra. Las cosas más leves son desconcertantes para ti.
Das un largo suspiro cuando tu mano húmeda se posa en la manija de la puerta de la habitación 47. Te muerdes el interior de tu mejilla con inquietud y te obligas a entrar.
Se ve diferente en este momento porque esta todo oscuro y las cortinas están corridas. Sólo hay una lámpara de pie que alumbra muy poco generando un ambiente cálido. Cierras la puerta al entrar y miras a Rebecca detrás del escritorio al otro extremo de la habitación.
Rebecca está sentada detrás del escritorio, sus tacones están en el suelo, ella tiene los pies sobre el escritorio, sentada casualmente en la silla giratoria con algunos papeles en su regazo. Se ve un poco sorprendida por tu llegada. Se siente muy cálido y te tragas los nervios a medida que llegas al otro lado de su escritorio. Sus cejas cafés se levantan como si estuviera sorprendida de verte y una sonrisa está tirando sus labios como si estuviera contenta de verte. Ella no dice nada, sin embargo, ella sólo muerde la tapa de su pluma, y la gira alrededor de su boca. Su otra mano pasa de estar agarrando los papeles, a agarrar la comisura de los botones de la blusa.
Te aclaras la garganta torpemente.
No tienes ni idea de por qué no habla.
"Uh... estoy aquí" dices con voz temblorosa, pero a la vez es baja y tranquila.
Rebecca te mira por un momento, hasta que coloca su bolígrafo en el escritorio.
"Sí, lo estas" dice ella, con la sonrisa en sus labios cada vez más amplia.
Estás sudando y ahora estás tan condenadamente nerviosa, deseas que haga o diga algo, no puedes soportar más esta tensión.
Al parecer, Rebecca detecta tu petición y pone sus papeles sobre el escritorio, y poco a poco se levanta de su silla. Todo tu cuerpo se pone rígido cuando camina alrededor del escritorio y se acerca hacia ti. Oh cielos.... Se detiene a tu lado y se inclina hacia atrás apoyándose en el escritorio, y te mira con una sonrisa tranquila. Los lados de su falda están rozando tu muslo y el más mínimo contacto te vuelve loca.
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Habitación 47 | FreenBecky
FanfictionFreen está comprometida con su amor de secundaria, Billy. Con su boda a 3 meses, Freen comienza a estresarse, presionando su relación y estando además en un punto muerto de su trabajo. Su amiga Looknam le recomienda buscar consejos de su sexóloga y...