Capítulo 46

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-Alfa...- gimió el pequeño lobo gris mientras miraba con la cabeza apoyada en sus patas delanteras al animal de pelaje negro frente a él, quien le daba la espalda.

Este solo gruñó sin siquiera moverse, claramente mostrándose molesto con que el omega volviera a emitir un sonido después de un buen rato.

Ambos lobos llevaban un buen rato en ese mundo de sueños, en ese bosque frondoso como su habitad natural lleno de vegetación y una hermosa mini cascada que le otorgaba un poco de humedad al lugar, realmente esperaban que al estar ahí encerrados ese mundo fuera lúgubre y sin vida teniendo en cuenta como se encontraban sus humanos, grande fue la sorpresa de ambos cuando notaron que ese mundo brillaba y desprendía un aire tan cálido y relajante que inclusos los músculos de ambos animales de destensaron después de estar tanto tiempo rígidos por los acontecimientos en el mundo exterior.

Inmediatamente cuando el pequeños omega divisó a su alfa en ese mundo no dudó en acercarse con emoción, saltando sobre él para restregarse su pelaje oscuro y esperando obtener lamidas de gusto de parte de su pareja, cosa que no pasó, ese enorme lobo negro le gruñó y sin fuerza alguna le quitó de encima suyo para después darle la espalda, quedándose así desde hace un buen rato, sin siquiera mirar al omega.

El lobo gris confundido le miró y respetó su silencio y distancia, con el paso de los minutos este empezó a desesperarse, quería la atención de su alfa, quería que este le diera mimos, no quería ver su espalda, quería ver su peludo rostro.

Soltó un nuevo gemido con la intensión de llamar la atención del alfa, este ni lo miró nuevamente.

-Alfa...-

-Por favor, silencio- dijo por primera vez en un buen rato.

El lobo gris gimió nuevamente, esta vez pequeñas lágrimas salieron de sus ojos –Lo siento...- sollozó –No quise apartarte, bueno, lo hice pero... no pude hacer nada... mi humano me reprimió para no ir a buscarte...-

El lobo negro no contestó más si escuchaba como el pequeño lobo gris sollozaba.

-Sé que con mis imperfecciones me quieres, sé que aun si no podré albergar vida dentro de mí me quieres igual, pero Jimin se cerró en que tu humano no reaccionaría igual-

-Eso es verdad- murmuró.

-Quise ir por ti porque te necesito, quería que me consolaras de la única manera en que sabes hacerlo... mi humano es terco y no me dejó...-

Los sollozos continuaron unos segundos de silencio.

-Si no me quieres perdonar lo entenderé...-

-¿¡Pero que locura dices!?- gruñó el alfa girándose a ver al lobo finalmente –No hagas lo mismo que tu humano, eres más sabio que él ¡No te rebajes a su insensatez!- gruñó con fuerza recibiendo un nuevo sollozó lastimero del omega. El lobo negro suspiró, calmándose, su omega estaba más sensible de lo normal, la situación en la que se encontraban no era la mejor, él también estaba afectado pero entendía que quien sufría más era ese pequeño lobo gris, después de todo él era quien tendría que llevar a sus cachorros en su vientre y ahora por culpa de esa mugrosa omega que nunca soportó posiblemente en esta vida no podría tenerlos, no es como que no hayan tenido los suyos ya, claramente llevaban más tiempo vivos de los que podría recordar, pero la emoción de poder tener nuevamente su propia manada, su propia familia era algo que nunca podría quitarle emoción.

Se acercó lentamente hacia el lobo gris y lamió su cabecita con mimo, pasó su áspera lengua por las orejas y parte del cuello también, parando justo en donde debía ir esa marca de unión eterna que aún no portaba pero que gracias a sus humanos al tener una temporal podía sentir su propio aroma. El omega gimió gustoso, le gustaba sentir esta atención de su pareja.

Luz en la Oscuridad  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora