Entrando a la casa, con el frío recorriendo mi espalda, mis manos temblorosas y una presión en el pecho.
Las lágrimas recorrían mis mejillas, pasaban por mi mentón y caían al vacío y la soledad.
Buscaba apoyo o alguna cura para este malestar, pero solo estaba haciéndome tonta, yo sabía la respuesta.
Sabía que al tener esa sensación de tristeza recorriendo mi cuerpo, atacando mi mente y mi alma solo se curaba con algo, algo irónico que supuestamente llamaban felicidad.
Y ahí, solo entonces me di cuenta de que todo era blanco y negro, no había, no existía ni una gota de esa luz amarilla que llaman felicidad.
La casa estaba vacía,se sentía fría y desolada, solo se encontraban las almas culpables por sus acciones, y con esos pesares con los que han cargado en sus espaldas durante un largo tiempo.
Antes los llamaban personas infelices, personas con problemas que jamás podrían resolver, ahora solo son almas en pena.
Sin tan solo hubieran entendido que no estaban solos, que había gente que los amaba, y que si no se rendían algún día hubieran encontrado la felicidad, bueno es lo que pensaba .... hasta qué entre aquí
Siendo ahora tachada como esas personas y ahora perdiendo mis esperanzas para que ahora si; al final mi corazón se pudra,mis manos vayan desvaneciendo, el color de mis mejillas desaparezca y yo.... después de luchar por fin me convierta en una de las demás
Un alma perdida de la que tanto me esforcé por evitar,y al final termine cayendo aquí, volviéndome una sombra, estando en blanco y negro, sin esperanza y sin vida, hoy y hasta la eternidad.
