Desaliento

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Mi pecho se hallaba oprimido dentro de aquel pozo envuelto en melancolía, intente trepar las paredes pero fueron tan frágiles que al tacto se quebraron sin hacer sonido alguno. El pozo más profundo parecía, cada vez más ausente de luz y cordura, voces sin cerrojo, sueños sin pantuflas. El sonido del agua cayendo me hizo sentir aliviado, pero al no saber nadar mi destino fue morir ahogado, el pozo estaba lleno y mi cuerpo yacia en el fondo, pero al fallecer mi alma emancipada salió a relucir despojándose de cualquier sufrir.

Escritos que vienen del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora