Nada más entrar por la puerta del aula, supiste que habia merecido la pena.
Llevabas más de tres meses viviendo en Londres a causa de tus estudios, y el hecho de que no fueras precisamente la persona mas extrovertida del mundo no te habia ayudado a conocer a gente nueva. Asi que, a escondidas, tu compañera de piso te habia apuntado a un curso de fotografía. Al principio, te habias enfadado, pero la fotografia era una de tus pasiones, y acabaste por tener curiosidad.
Llegaste tarde, asi que te sentaste en el primer asiento libre que encontraste.
Y todas las dudas que te quedaban se desvanecieron cuando, una vez sentada, viste al chico que tenías a tu lado.Era alto y con un pelo castaño rizado muy característico. Juegueteaba con el objetivo de su réflex distraidamente, sin prestar ninguna atención al profesor. Creíste que ni siquiera habia percartado en tu presencia, pero después de un rato observándole, se giró hacia ti.
Tenia los ojos verdes, y junto a su sonrisa aparecieron un par de hoyuelos.
Era muy, muy guapo.
-Hola, me llamo Harry -susurró, tendiéndote su mano.
-_____, encantada -respondiste, estrechándosela.
No intercambiasteis más palabra durante la clase, pero de vez en cuando él se giraba y te sonreia. Y hacia que sintieras mariposas en el estómago.
Después de una hora de clase teórica, el profesor os llevó a los exteriores del recinto, una zona ajardinada, para que pudierais practicar.
Mientras le seguíais hacia el exterior, Harry tomó tu mano, desviándote del resto del grupo.
-¿Se puede saber qué...? -inquiriste, a lo que él puso su mano sobre tus labios.
-Shhh. Es mi segundo año en este curso. Si quieres ver algo que merezca la pena fotografiar, sígueme.
No supiste qué decir en contra de eso, así que volviste a agarrar su mano y le seguiste a través de los pasillos.
El lugar donde se impartía el curso era una academia con muchisimas aulas. Mientras ibas pasando a toda velocidad frente a las puertas de estas, fuiste leyendo los carteles. 'Aula de informática' 'Aula de música' 'Aula de teatro'.
Fue entonces cuando te paraste a pensar qué demonios hacías siguiendo a un completo desconocido sin hacer ni una sola pregunta. ¿Porque te gustaba? Bueno, si es cierto que te habia llamado la atención desde el primer momento. Y tenía un algo que te daba confianza.
Y para que vamos a engañarnos, si, te gustaba.
Justo entonces, Harry se detuvo frente a una puerta, junto a la cual habia un cartelito. 'Insectario'
-¿Insectos? ¿Estás loco?
-No cualquier insecto -sonrió enigmáticamente-. Pasa y observa.
Obedeciste sin saber muy bien por qué, y lo que viste dentro te dejó sin respiración.
Aquella habitación era, literalmente, un pequeño bosque. En su interior crecian plantas de pequeño y mediano tamaño y flores de mil colores, pero eso no era lo mas impresionante.
Lo increíble eran las cientos de mariposas que revoloteaban a tu alrededor.
Verdes, amarillas, azules, rojas... Se posaban en las ramas como invitándote a fotografiarlas , y tu aceptaste el reto. Harry se reía con tu reacción, pero acabaste por lo hacerle caso. Hasta que te interrumpió.
-No, no. Lo estás haciendo mal.
Se colocó tras de ti y, poniendo sus manos sobre las tuyas, en la cámara, te rodeó para ayudarte a enfocar.
Estaba demasiado cerca. Ladeaste un poco la cabeza y sentiste su respiración sobre tu oreja.
Él ya no prestaba atención a la cámara. Te giraste por completo y te encontraste con su rostro a escasos milímetros de ti.
Y entonces, mandaste la réflex a la **** y pasando los brazos tras su cuello, le besaste.
Sus labios eran suaves y dulces, y dejaste de tener consciencia de lo que ocurría a tu alrededor. Hundiste las manos en su pelo rizado a la vez que él pasaba las suyas por tu cintura, aprisionándote contra la fría pared del invernadero....
No fue hasta unos minutos después, cuando vuestros labios por fin se separaron, cuando volviste a la realidad.
-Esto se merece una foto, ¿no crees? -bromeó.
Tú solo reíste, deseando que el momento no acabara nunca.
