Mami descubre tu Pequeño Secreto

Capítulo 1 - Una Fantasía Hecha Pesadilla

Emma: Querías ser aplastado y dominado por gigantas, ¿no es así? Pues prepárate para una experiencia que nunca olvidarás.

Dylan aterrado corre en dirección contraria de su madre , su corazón estaba latiendo como nunca antes  con una adrenalina increíble con un miedo indescriptible

Mientras sus  piernas se movían con rapidez , su respiración agitada este sentía que los ojos demoníacos de su madre lo seguían cada paso. Era como si el tiempo se distorsionara a su voluntad, permitiéndole moverme con una velocidad sobrehumana.

Mientras corría, sus músculos se tensaban y sus pies golpeaban el suelo con desesperación, creyendo que se estaba alejando mucho de su  influencia malévola.

Pero, en realidad, cada uno de tus pasos era una simple ilusión, una ilusión creyendo que se alejaba a toda velocidad, Emma simplemente dio un pequeño paso a unos cuantos centímetros simplemente insignificantes para ella fueron suficientes para alcanzarlo y bloquear su camino.

Emma  con una sonrisa maliciosa en su rostro, observa con maldad el pequeño ratón asustado de su hijo que ha intentado escapar. Una risa burlona escapa de sus labios, resonando en el aire y aumentando la humillación del joven.

Sus ojos se clavan en el hijo, llenos de desprecio y satisfacción por haberlo atrapado tan fácilmente. Con un gesto de su mano, señala el insignificante espacio que el hijo logró cubrir en su intento de fuga. Su voz, cargada de sarcasmo, se eleva para subrayar su burla.

Emma dio una sonrisa retorcida y los ojos llenos de malicia, bloquea el camino de escape de su hijo utilizando sus propios pies como una barrera inquebrantable. Sus pies, cubiertos de sudor y con un olor penetrante, se convierten en la única puerta de salida para el hijo, pero ahora están completamente bloqueados por la madre.

Con movimientos ágiles y precisos, la madre desliza sus pies sudorosos y malolientes a cada lado del hijo, cerrando el espacio con una mezcla de deleite y sadismo perverso. Sus dedos de los pies, largos y retorcidos, se convierten en barrotes invisibles que atrapan al hijo en su inminente condena.

Dylan : ¡Por favor, mamá! ¡Por favor suéltame!

Pero las súplicas de su pequeño hijo caen en oídos sordos ante Emma , ella  disfruta del poder absoluto sobre su hijo, presiona ligeramente sus pies contra el suelo, bloqueando cualquier intento desesperado de escape.

En eso una gran sombra lo cubre completamente, Dylan voltea y con horror observa el otro titanico pie de su madre  el pie exudando un olor nauseabundo y pestilente de su madre cubría todo el perímetro en el que estaba, los dedos, cubiertos de sudor y suciedad, parecen ser garras listas para atrapar a su presa. El hijo, lleno de una mezcla de miedo  y repulsión,

Emma , con una mirada sádica en sus ojos y una sonrisa diabólica,  levanta uno de sus pies y lo acerca al rostro de Dylan, el olor nauseabundo se intensifica a medida que los dedos enormes  y sudorosos se acercan.

Dylan antes de que hiciera algo accidentalmente logra respirar apenas un poco el poderosos olor de los pies de su madre

El hedor de sus gigantesco pie es una combinación repugnante de sudor rancio, bacterias descompuestas y un toque de podredumbre. Es un olor penetrante y asfixiante que hace que el estómago del hijo se retuerza y las lágrimas le broten de los ojos

Dylan asqueado se cubre su nariz y la boca para evitar vomitar , pero en eso encima suyo ve el pies de su madre que estaban muy áspera y demasiados descuidados, con callos y durezas que hablan de años de negligencia.

Entre los dedos se acumula una sustancia pegajosa y maloliente, una mezcla de sudor, suciedad y células muertas de la piel

Este accidentalmente da un gran respiro de impresión sin saber que fue un gran error, respiro casi todo el olor de los pies de su madre, el olor era tan fuerte y asqueroso que estaba a nada de desmayarse