—John, hijo, debes levantarte. Es tarde.
Se escuchó una voz femenina adentrándose en la habitación a oscuras. Seguidamente abrió las cortinas y un poco las ventanas. El chico se revolvió en su cama quejumbroso, cubriéndose con las mantas por encima de su cabeza.
—Johnny, por favor.
El chico hizo caso omiso, su madre suspiró, se acercó hasta él y depositó un suave beso en su cabeza por encima de las frazadas.
Eran mediados de los noventa. Las calles de Inglaterra estaban cubiertas por una vasta niebla aquél otoño.
Gretchen se encontraba en la cocina preparando el desayuno para su hijo. Little King John era un chico especial. Había sido diagnosticado desde pequeño con un trastorno generalizado del desarrollo no especificado. Es una especie de enfermedad que afecta el poder de socializar correctamente con las personas. Ya sea dificultando el desenvolvimiento verbal con otros o carecer de la habilidad de hacer interactuar fácilmente con gente. Todo en su cabeza se encontraba bien. No tenía ningún tipo de problema cognitivo. No era un genio ni un estúpido. Su cerebro era el de un chico normal.
La persona más allegada a él, su madre, era con quien más palabras intercambiaba. Cualquier tipo de contacto humano que no proviniese de ella lo ponía nervioso. Había sufrido un ataque de pánico en la escuela cuando era pequeño, los maestros y sus compañeros se asustaron mucho y no tenían idea de cómo contenerlo, no fue hasta que su madre llegó al establecimiento cuando finalmente logró calmarlo. Desde aquél día sus padres decidieron que estudiaría en casa con una persona de confianza, sin exponerse a tanta gente a su al rededor que pudiera sofocarlo. Ningún especialista había sido capaz de decirle con precisión si John dejaría de ser así en algún momento de su vida. Pero él no perdía la esperanza.
Oyó los pasos del chico bajando las escaleras y se volteó ocultando algo tras su espalda. El adolescente de 16 años entró en la cocina lentamente vistiendo su pijama a rayas, con el cabello de su pelaje alborotado y frotando uno de sus ojos con su puño.
—Hola corazón. ¿Cómo dormiste?— Preguntó Gretchen con dulzura mientras servía las cosas en la mesa.
El chico solo se encogió de hombros, sin ser grosero, y tomó asiento.
—Come antes que se enfríe.
Era jueves. Little King John tenía clases particulares en el living de su casa de lunes a jueves con una mujer muy amable. Ella era la instructora de John desde hacia años, estaba acostumbrada a su comportamiento y él podía confiar en ella.
Los viernes tenía cita con su psicóloga. No pasaba tanto tiempo con esa mujer como lo hacía con su profesora. No había formado ese vínculo afectuoso entre ellos, entonces su conversación era más reducida.
Los sábados eran sus días libres. Su madre no le exigía absolutamente nada los sábados. Podía dormir hasta la hora que quisiera e invertir su tiempo como le diera la gana.
Los domingos eran los días menos favoritos de John. Su familia se reunía en casa de sus abuelos a almorzar juntos. Iban sus tíos y sus primos y él tenía que soportar ese contacto humano durante un par de interminables horas.
Los jueves tenía matemáticas. Odiaba las matemáticas. No era malo en ellas, simplemente no eran de su agrado y Gretchen lo sabía perfectamente. Entonces siempre buscaba la forma de recompensarlo, ya sea con su comida favorita o con algún presente.
—John— Llamó suavemente haciendo que el aludido dejara de comer y se fijara en ella— Tengo algo para tí— Pero el chico, como la mayor parte del tiempo, tenía una mirada inexpresiva.
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𝘌𝘭 𝘊𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘋𝘦 𝘓𝘰𝘴 𝘊𝘋𝘴 !¡ 𝘒𝘪𝘯𝘨𝘎𝘦𝘯𝘪𝘶𝘴
FanfictionEl chico demostró más énfasis en este lugar que en cualquier otro. ⋆ ¡Alteraciones de edad! ⋆ AU (Universo Alterno). ⋆ Los personajes no son míos, todos los créditos a Ryan Dorin. ⋆ Esta historia es sólo una adaptación. Todos los créditos correspond...